El cine es un espacio de identificación, de educación, de industria y de arte. Y todo eso, está dentro de este blog.

lunes, 10 de enero de 2011

"Los Grandes del Cine" Tercera Entrega: Woody Allen





Brevísima introducción


Woody Allen cumplió su “7 y medio” la semana pasada (quien no entienda el chiste, Fellini, uno de los grandes cineastas e influencia de Allen, tiene un film muy biográfico, llamado 8 y medio, pero se refería al soporte para filmar. Chiste de cinéfila). El hombre que pese a todo y a todos logró encontrar un hueco para su estilo y para hacer monumentos a Manhattan por donde fuera.

Tengo que admitir que me llevó mucho tiempo hacer este análisis porque es un autor que ha tenido una producción enorme. Durante mucho tiempo se encaprichó por exhibir una película por año, pero cada vez se le hizo más difícil conseguir financiación (y éxitos). Deliberadamente trunqué su carrera porque creo que desde el 98 que no saca una película digna de él. Su breve paso por Dreamworks o su intento de thriller de Match Point no lo acercan ni a una sombra de lo que fue y como no me gusta dejarlos con el mal sabor de boca del final, ni les cuento que existen así a lo mejor sólo se quedan con la buena imagen del petizo de anteojos que circula por la gran manzana.

Si bien gran parte de su obra rechaza tanto a una visión simplista de ellas como a una excesivamente rebuscada, este gran snob siempre ha intentado seguir los pasos de los grandes directores del llamado “cine de autor”, haciendo homenajes a estilos narrativos como el de Fellini, Bergman y Hitchcock, con algún que otro guiño cultural para el que lo entienda y el que no, se aburra como ostra. Pero es Woody y hay que amarlo como viene. El problema es que ha logrado crear emociones encontradas en el público: quienes lo aman o quienes lo odian. No es un filósofo, gente, ni un gurú que al que se le ocurrió hacer films, es un tipo que da la casualidad escribe guiones como los dioses y tiene un estilo muy propio. Ha hecho grandes films y ha hecho grandes basuras, pero nada lo eleva a una divinidad ni lo hacen válido “del montón”. Allen siempre será diferente.


Películas
¿Qué pasa Tiger Lilly? De 1966 fue su primer ensayo en cuanto a adaptar un guión japonés, mutando el sentido de cada frase y estableciendo un retorcido nexo con la imagen. Se le dio mucha rienda a este film como si fuera una fantástica crítica al arte y a como hoy todo se convirtió en comercial. A criterio personal, era un ensayo y se dio el gusto de hacerlo cuando no lo conocía nadie, punto. A los críticos muchas veces les gusta encontrarle el pelo al huevo y otras engrandecer cosas que no son mucho más de lo que muestran.

Robó, huyó y lo pescaron de 1969, es el primer largometraje dirigido y protagonizado por Allen en donde la utilización del absurdo plaga la obra y hay una exploración de los recursos cinematográficos un tanto lúdicos, buscando su profundidad narrativa. En cuanto al guión, no tiene mayores atractivos y un uso excesivo del gag de comedia que se lleva todos los aplausos en el momento en el que Virgil quiere robar en banco pasando una nota al cajero y éste no entiende la letra.

En 1971 llegaría Bananas no significó un gran avance y su estilo siguió más o menos en la misma línea que sus trabajos anteriores. Lo que empieza a aparecer es la característica particular de hacer que la acción sea sólo llevada por el diálogo y que visualmente sea más bien simple. Sus comedias tienen una imagen más bien lenta ya que pretenden ser análisis un poco neuróticos de la vida y, sobre todo, de las relaciones a través de una dictadura militar que también le permite demostrar lo que piensa de la política americana y su persecución a los de izquierda.

Un año más tarde se animaría a la ya clásica “Todo lo que siempre quiso saber sobre sexo…” en la que su estructura a base de preguntas respondidas (7 en total) están basadas en un best seller del mismo nombre pero sin ser precisamente una adaptación. Sobre todo porque más que responderlas vuelve a hacer alarde de su humor irónico y un poco absurdo. 

Utilizando una fotografía y conceptos radicalmente diferentes en cada una de éstas extensas explicaciones, nos va transportando desde un bufón de la corte en la Edad Media, pasando por pastores armenios, un italiano que no puede satisfacer a su mujer en la cama, un consuegro que disfruta de los tacos y vestidos, parodias de concursos televisivos, una teta gigante asesina hasta una reconstrucción paso a paso del encuentro romántico hsata el orgasmo visto desde el miembro masculino. Claro que todo esto último pasa mientras hay un espermatozoide filosofando sobre su posible destino.

El 73 sería el año de la llegada de “El dormilón” que sería la primera vez que trabajara con Diane Keaton y que usara la presentación de títulos con esa tipografía blanca y el fondo negro. Si bien es de los pocos films que son capaces de sacarme las ganas de ver películas futuristas, no por eso deja su costado cómico y cada vez estaba más cerca del genio autor de Annie Hall.

Luego llegaría “La última noche de Boris Grusshenko” y, mientras se convierte en una de las últimas películas en las que no sitúa a la historia en su maravillosa isla de Manhattan ni la cuenta en tiempo presente, la antigua Rusia se ve empapada de las mismas discusiones filosóficas de casi todos los personajes de Allen. Pone en la mesa, así, encrucijadas personales, religiosas y hasta del sentido de la vida con una irreverencia que sólo él puede manejar. Se introduce, a partir de este film, en temáticas y tratamientos un poco más profundos y tantos sus guiones como personajes están mejor sostenidos.


En 1977 llegaría una de las mejores obras de este autor: Annie Hall. En ella Allen explota su capacidad para hacernos reír mientras no tira la verdad en la cara, ya que cuanto más certera es la radiografía más raros nos sentimos por habernos reído en primera instancia. Presenta, así, a la típica heroína de comedias románticas con un miedo importante al compromiso por entenderlo como una posibilidad de que se le terminen las posibilidades. Como en antaño las mujeres creían que su vida empezaba a partir del casamiento, las nuevas mujeres post revoluciones, creían que ahí se les terminaba. Empieza, así, una búsqueda del espacio, de la intimidad, de la reconstrucción de una pareja mientras cambian los códigos que la acompañan. La idea del amor para toda la vida se escapa entre los dedos, porque en un mundo de cambios y donde las cosas jamás se quedan en donde las dejaste, no hay nada tan duradero.

Si bien, sus ritmos hoy en día son un poco más complicados de tolerar, este film intenta involucrar al espectador desde el primer fotograma ya que el narrador es el mismo personaje masculino principal, que suele interrumpir situaciones para hacer catarsis con el espectador. De esta manera, termina siendo su clara interpretación la que vemos constantemente. Utiliza la superposición de este recurso en los flashbacks, en recuerdos que mezcla deliberadamente para ejemplificar las situaciones y en las que el espectador termina tan confundido como los personajes, la idea de que las relaciones sexuales en una pareja tienen una importancia expresa y vital para el hombre y la misma, pero escondida en su rol clave para el componente femenino de la relación. 

Un año más tarde llegaría Interiores, un intento de película a lo Bergman que no creo que haya sido totalmente exitosa en cuando a su impacto, pero es un film de un cinéfilo que requiere de otro cinéfilo para su interpretación. Aquí, otra vez haciendo foco en las relaciones, se trata de una familia en descomposición y todo lo que está en el interior de esa casa, hace honores a esta situación. 

El dilema principal lo tiene el hombre que no quiere más a su mujer, mientras ella busca la forma de no verlo, así no debe afrontarlo y las hijas del matrimonio que evitan meterse en el tema ya que tienen su vida hecha y no quieren hacerse cargo de las necesidades de sus padres. Esta situación traerá a colación viejas rivalidades entre las hermanas y todo dentro de esos interiores se convertirá en frágil, se darán cuenta de que nada queda estático después de una foto perfecta. Dos particularidades de esta película: primero que no intenta hacer que el impacto sea más leve con la utilización de la comedia y segundo que Woody no forma parte del elenco.


1979 marcó el calendario mientras nosotros los nombrábamos “Manhattan”. Aquí se cuenta la historia a través de Isaac y de las tres mujeres que lo rodean. Como siempre, están presente la idea de la ruptura y del divorcio y de la increíble cantidad de reproches que pueden generarse a partir de él, en una relación que supuestamente se corta, pero nunca es así en el personaje de Jill. Las otras dos plantean el problema entre elegir a una mujer por su cercanía en intelecto, en situaciones vividas y, por ende, más cercana al compromiso, o a una mujer más superficial, dispuesta a entregarse a medias y que tiene una fecha de caducidad en su relación. Este film es importante en cuanto a que es un testimonio de una época, de un lugar y de un estilo de vida.

Un año más tarde (otro rasgo del director que no es del todo bueno, ya que sacar películas tan seguidas también demostró que la musa y el genio ya no se conectaban como antes) saldría “Recuerdos”. Si se lo ve desde un punto de vista académico, es posible relacionarlo con una búsqueda expresiva de retratar a los directores europeos que han sido su inspiración con los elementos propios de su cine. Dicho de otra forma, esta película culmina con otra etapa de experimentación y encuentra, por así decirlo, su lugar en el mundo.

Pone en la mesa la problemática del mismo autor para hacer la película que tiene en la cabeza y con las posibilidades que le dan el dinero, las productoras o su propia maña para lograrlo. Aparecen las críticas que recibe de los auspiciantes y productores, de cómo odia al público que lo va a ver para que sólo los haga reír, pero odia aún más a los que pretenden ver una genialidad en una toma, defendiendo sólo a aquellos que respetan lo que quiere hacer el autor. Egocentrismo aparte, es una película que funciona y sí, tiene toda la pedantería de alguien que hace lo que sabe y cree que sabe lo que hace. 

La de 1982 es Comedia sexual de una noche de verano. Aquí la atención se va de una pareja a varias parejas y es, además, una comedia mucho más tranquila, superficial, si se quiere, de esas que no necesitás diez años de psicoanálisis para comprender. Más bien se trata de parejas que quieren escapar de sus rutinas y competir con las personas de su grupo social y no se les ocurre mejor idea que escaparse a los arbustos para seducir a la pareja de otro.

En 1984 estrenó Broadway Danny Rose, en la que el perdedor (eterno personaje de Allen) vuelve a estar bajo el spotligth. Es una parodia y una comedia absurda que pretende ser una radiografía del showbussines. No importa cuántas nominaciones ha tenido, no es lo mejor del director y gracias al cielo podemos pasar al siguiente film.

La genial Rosa Púrpura del Cairo llega en 1985 y desde ahí nos ha planteado este mundo del cine como escape a la realidad y como una posibilidad infinita de dialogar con nuestras fantasías. Cuando un personaje de un film de acción al estilo Indiana Jones sale del 35 mm para convertirse en un personaje de carne y hueso, la existencia de una mujer cambia completamente y, por un rato, logra convertirse en esa heroína que siempre quiso ser. 

La escena en la que Jeff Daniels sale de pantalla y deja a todos los personajes dentro del film en una confusión absoluta, ya que no saben si entran en éste rollo, en el que sigue o quién le va a tirar “el pie” para la línea que tienen que decir. Cuando salen de la sala son cazados y perseguidos tanto por los otros miembros del elenco como por productores. Maneja, así, la realidad y la ficción de una manera fantástica en la que nos cambia y agrega ingredientes en cada escena.

Hannah y sus hermanas sería la próxima cinta, en la que se exploran otra vez las relaciones entre tres hermanas, vuelve a estar presente el divorcio y la imposibilidad de cortar estos lazos con una persona que ha sido tan importante en tu vida y la necesidad de tus seres queridos de intentar por todos los medios que abandones tu soltería. 

Hannah se presenta como el hilo conductor entre el resto de los personajes y como la base de relaciones de la familia. Ése es su rol y en eso radica su importancia: es la piedra base del resto y la que impulsa al desarrollo, queriéndolo o no, del su entorno.

Cuando llega el final y las pasiones se tranquilizan en amor o en ruptura, aparecen todavía los guiños y planteos de lo que puede ser y no se sabe si es. Un ejemplo es que se sabe que el personaje de Mickey es estéril pero cuando su mujer le dice que está embarazada, él reacciona emocionado ante la perspectiva. Si el embarazo se logra mediante tratamientos o de la forma natural con otro donante, no queda claro y, al parecer, tampoco importa.

1987 nos dejaría a Días de Radio, un film que no pretende ser más que un rejunte de anécdotas, pero no por eso es menor. Me gusta porque por esta época Woody Allen se bajó del pedestal al que se había subido y se dio cuenta de que todo bien con el cine arte, pero si uno no intenta entrar en la industria, ésta te come vivo. Me gusta porque así nos salvamos de la pedantería y se nos entretiene con una buena historia sin tantas ínfulas pero sin ser de menor calidad.

En el relato compara al mundo de los ricos y famosos con el de la clase media y trabajadora en un barrio perdido de Nueva York de principio de los 40. Si bien los hechos no se enganchan de una manera muy prolija, el film funciona, permite dar a conocer ese mundo de voces fantástico y te da un pasaporte al pasado.

Septiembre sería su próxima cinta y se convirtió en un fracaso gigante. Desde que fue reemplazando a los actores tras rodar gran parte del film y fue un enorme fracaso comercial tras la fama que logró hacerse.

La idea del film es plantear la soledad a través del personaje principal (otra vez Mia Farrow) que tiene varios intentos de suicidio. Septiembre aparece como una fecha final en el que las ilusiones de todos los protagonistas están llegando a su fin. La película es ambiciosa y no llega a cumplir.

Otra mujer es el film estrenado en 1988 y ahí se termina de quitar el estereotipo del director de comedias para convertirse en el hombre que retrata la humanidad mientras la hace reír. Uno de los mayores logros del cineasta en el que le rinde culto a Bergman. En ella hace gala de la película como una exploración psicológica y existencia.

En 1989 llegó Historias de Nueva York. La idea era la misma que se renovó para New York I Love You y París Je´taime, en las que se usa un mismo escenario para contar diversas historias. En este caso, no funciona por las ínfulas que hicieron los tres nombres de “Allen, Coppola y Scorsese” y que la cinta termina no cumpliendo. En este fragmento Allen vuelve a su primera etapa. Algunos críticos hasta mencionaron que parece ser que esta historia la había dejado en un cajón y la sacó para éste film sin que signifique demasiado. Aún así, es una buena cinta y es de lo mejorcito del film. 

Los 90 traerían a Alice, con un acostumbrado punto medio entre comedia y drama. El argumento vuelve a girar entre las parejas de clase media alta, en la que todo parece perfecto pero el mismo vacío de lo perfecto. En vez de tirarse en un diván freudiano, Alice encontrará consuelo en lo místico de la cultura y recetas orientales. Utiliza, así, elementos fantásticos para llegar a la esencia de la mujer, para que encuentre su verdadera identidad, alejada de su suntuosa realidad. Si bien tiene algunos problemas para cerrarla, la historia es buena.

Tres años más tarde apareció Misterioso asesinato en Manhattan, la primera incursión “en serio” en el thriller de misterio, termina convirtiéndolo en una comedia con estética del film noir. 

Como escape a su vida, el personaje principal femenino se dedica a escuchar conversaciones de los vecinos que su imaginación convertirá en situaciones más importantes de lo que son y se convierten en el puente para establecer un vínculo con otra persona. Esto derivará en una búsqueda de problemas rayando lo infantil y que demostrará las inseguridades de su pareja en cuanto a su capacidad de hacerla feliz. 

1994 sería el año de Balas sobre Broadway. Allen tiene un alto concepto de sí mismo (lo cual no me parece mal y no critico, simplemente menciono) que lo disfraza con este personaje que suele interpretar del tipo lleno de inseguridades. Si bien John Cusack interpreta al papel principal, sigue siendo Allen y quienes han seguido su cine, saben perfectamente que es así. 

En otra clara crítica a la presión de las productoras sobre su obra o sobre la concepción que tiene el artista y, bajo su visión (que yo no comparto enteramente) se pudre un poco. Dentro de la comedia, aprovecha para hacer la crítica cuando es un gángster que apenas sabe leer el que corrige al culto y “genial” director de teatro y son sus correcciones las que tienen éxito con el público.

En 1996 llegaría un intento de musical con Todos dicen te quiero. Con un elenco que difícilmente se puede pasar por alto (Goldie Hawn, Drew Barrymore, Edward Norton, Alan Alda, entre otros), se intenta hacer algo “más natural” en la que todos los actores cantan y bailan pero lejos del esplendor de las coreografías espectaculares, tienen momentos hasta torpes. De hecho, Barrymore fue doblada porque ni aún así lograba dar con el tono. Esto le da un tono ligero a la comedia romántica, retratando diferentes situaciones de pareja en las que el amor nos hace hacer cosas bastante tontas y la sátira se convierte nuevamente en un espejo.

En 1997 llegó la tan elogiada Desmontando a Harry. Todos los que siguen las obras de este director, hablan de ella como una piedra angular en su cinematografía. Aparece otra vez el personaje neurótico, newyorkino, que cuenta con varios matrimonios fallidos que utilizará varios vicios al alcance de su mano como vía de escape. Con varios “viajes al pasado” en vez de flashbacks, el espectador es testigo y psicólogo mientras Allen usa a la pantalla como un diván.

Celebrity sería el próximo film, que tiene como foco a la fama y, para ello, utiliza a actores que en esa época estaban en ascenso y hoy están llenando el firmamento hollywoodense. En una interesante crítica, Allen pretende demostrar que es la sociedad quien le da derecho a la gente a que acceda al exclusivo mundo de la celebridad y es por esto que es válido analizar qué es lo que se fomenta al dar esos derechos. Viene la crítica de la pérdida del respecto por lo profesional o por la capacidad artística, sino más bien con su deseo de exponerse y ventilarse públicamente. 

El film, filmado en blanco y negro retrata todas estas situaciones llegando a extremos en los que uno se avergüenza un poco de reírse. Como la idea de que cuando la fama llega, hasta de modo accidental, con tal de mantenerla uno vende a sus principios por mantenerla, se convierte a sí mismo en un bien de intercambio.

Características recurrentes del cine de W. Allen


· Ridícula paranoia antisemita, en la que se siente discriminado por ser judío.

· La presencia del psicoanálisis

· El escenario urbano newyorkino y el rechazo hacia Los Ángeles

· Hipocondría

· Citas “interfílimicas”. Se habla de otras películas, generalmente de origen europeo.

· Facilidad de la vida burguesa y de cómo gustan de encontrarse problemas.

· Autocompasión como estilo de vida.

· Personajes neuróticos.

· Divorcio. Fragilidad e imposibilidad de “cortar” estas relaciones ya que siempre están presentes en la vida del personaje.

· Re – visita a lugares, escenarios o temáticas.

· La banda sonora casi siempre es Jazz.

· Sus heroínas, hasta mediados de los noventa, eran sus parejas en la vida real y el sexo está siempre presente como foco de conflicto por falta o exceso en la relación.

2 comentarios:

  1. Te felicito. Buen artículo. Me parece que omitiste Zelig, a mi juicio la mejor película de W. Allen. Por cierto ¿No crees que es un cineasta sobrevalorado?

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  2. Gracias, Diego. Sí, creo q está un poco inflado pero no por eso su obra es menos válida. Creo q tiene un sello personal q es innegable, de ahí a q sea una divinidad... bueno, es muy discutible.
    De por sí, no admiro mucho a la gente q se convierte en una copia carbón de sí misma...

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