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sábado, 5 de febrero de 2011

Apocalypse Now Redux, de Francis Ford Coppola





Este film, basado en la novela “El corazón de las tinieblas” de Joseph Conrad, recrea esta misma situación ya planteada en el libro de que un hombre que vive en guerra no es una persona común. De alguna forma todos sus lazos con la sociedad se han roto y se encuentra en un estado de paranoia y alerta constante. Willard es presentado así: practicando tai chi en una habitación de hotel, solo, sobre vidrios rotos.

Pero me estoy saltando pasos. La película en realidad empieza con imágenes de la selva vietnamita quemándose y una canción de fondo que reza “This is the end” (éste es el fin). Sólo Coppola ¿Verdad? Sólo Coppola es capaz de plasmar esa imagen, de mostrarte a soldados corriendo mientras un camarógrafo lo toma para luego pasar hermosas imágenes de todos felices y vivos en casa, de portadas de la revista Time que habla de un triunfo inminente que, todos sabemos, nunca pasó. Sólo nos termina mostrando lo peor del infierno de esa selva a partir de mostrarnos el infierno que somos como raza/ 

Pero tampoco se trata de eso. Cada vez que la veo me doy más cuenta de que esta película se trata de la combinación de dos cosas fantásticas: Coppola y Brando. ¿Cómo hacer que Marlon pase desapercibido? Este increíble, enorme y enigmático coronel Kurtz entra en pantalla antes de verlo a Brando por como lo presentan: Willard tiene que ir en una misión encubierta a matar a un prócer, a un tipo que ha hecho miles de cosas por los Estados Unidos pero cuyos métodos poco ortodoxos y moralmente injustificables, hacen que el gobierno pida su caza extraoficialmente.


Lo importante es que la película se basa en estos pares: en el fanatismo que se demuestra en los momentos en los que se monta una situación dentro de la guerra, entre ellas las imágenes de los soldados heridos en el agua, suplicando a gritos que los llevaran a casa y lo delirante del hombre que practica surf entre bombardeos por no perder las olas, contrastándolo con lo real de que son los asesinos quienes juzgan a los asesinos.




Una de las escenas borradas de la versión no redux y que en esta está incluida es la de la charla de los franceses, quienes fieles a su estilo hablan y filosofan mucho sin decir mucho pero una de las apreciaciones que define al resto del film es “podés ser un animal o un dios” el problema es que ambas conllevan a las mismas acciones y actitudes pero una gana y la otra pierde.

Si bien soy de las que les gritaría que por favor superen el trauma de haber perdido la guerra de Vietnam porque las películas de esa y de la Segunda Guerra son un poco recurrentes, hay que reconocer que ésta vale por sí sola, sobre todo por el planteo de que aquí no hay malos y buenos o mártires y sanguinarios, aquí hay hombres que se han olvidado de su existencia antes de ser soldados y tienen mucho, pero mucho miedo.


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