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sábado, 5 de febrero de 2011

Pecados Capitales, de David Fincher


No toda “encomendación divina” es para el bien de todos, ni todo mensaje místico es sencillo de transmitir pero cuando el ser humano llega a tener la pedantería de creerse una divinidad puede hasta señalar con el dedo con cierta soberbia y llevarse a todos a la misma condena que él mismo se ha ganado.

De esto se trata este thriller tan negro y tan lleno de lo más bajo de la raza humana que no deja de impresionar todas las veces, amén de saber el final, amén de que los efectos ya no son lo que eran cuando salieron y amén de estar tan sobreestimulados con morbo en el cine actual ¿Por qué? Porque es un asesino con un motus psicológico creíble, con una causa y una idea y eso no puede dejar de impresionar. 

No hay que olvidarse que la genialidad de David Fincher lleva a que lo que ves te cree un gran impacto, pero lo que te cuentan y no ves te afecta aún más. Mientras es un asesino metódico (que sólo vemos en la memorable secuencia de  títulos) que tiene dotes teatrales para poner en escena al pecado que quiere representar, tenemos algunos muy gráficos y otros que son anillo al dedo para los golpes bajos, pero que es aquello que no se muestra lo que realmente impacta. Otro acierto de este guión y de la memorable dirección de Fincher, es que va respetando la estructura clásica de un film de detectives, pero con vueltas de tuerca hacia la mitad que la convierten en algo desconcertante y el espectador se entrega a lo que va a ver. 

Los personajes principales son dos detectives, uno de los cuales está a punto de retirarse y otro que está llegando a la ciudad. Como corresponde a estos roles uno de ellos está cansado y asqueado de lo que ha visto y el segundo tiene el empuje de la sangre y la poca experiencia. Lo que este asesino serial logra de estos dos, es otra interesante vuelta de tuerca. Nadie puede ser inmune ni a la ira de Dios ni a la pedantería de su mala interpretación.

La película tiene una secuencia de títulos espectacular, con una música que te permite entrar en la mente del asesino serial y que te relata entera la película sin que te des cuenta, creando un efecto escalofriante que el espectador normalmente no nota, pero que está presente desde la primera escena. Cuenta con buenas interpretaciones, a la altura, pero como siempre el contraste entre la luz y la sombra que tan bien se le da a David. Excelente.

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