Si bien Jack Nicholson es uno de mis actores favoritos, debo confesar que hay pocos papeles que me hayan quedado más marcados que este. Basada en una obra del estilo incomparable de Stephen King, esta película mezcla lo sobrenatural con lo divino de una manera particular y que te pone los pelos de punta.
Jack Torrance es un escritor mediocre que recibe la oferta de irse a trabajar cuidando un hotel durante los tres meses de invierno ya que, como queda cerrado el acceso por nieve, no tiene huéspedes y alguien tiene que mantenerlo medianamente. Jack piensa que es una gran oportunidad para terminar su libro. Claramente el hotel no es sólo un hotel y es la advertencia cuando llegan de un mayordomo que reconoce en Dan, el hijo pequeño de Torrance, que tiene “El Resplandor” lo que da la pauta de lo que luego va a suceder.
No hay un ser que no haya visto la escena en la que Jack rompe la puerta detrás de la cual se están escondiendo de él su mujer y su hijo con un hacha, ni el genial primer plano de su cara en el primer hueco que hace, gritando “Aquí está Johny”.
Kubrick es un director de culto que es amado u odiado. Como todos los que tienen esa reputación de “genios” hay gente para las que son intocables y otros para los que están absoluta y completamente sobrevalorados. El amor ciego en mí se da de a ratos y por películas, la verdad, de Kubrick no puedo dejar de amar este film, “Full metal jacket” y, sin lugar a dudas, la inmortal “Naranja mecánica”. Este película en particular significó un quiebre en la narrativa visual por la utilización del steady cam y los travellings siguiendo al chico en el triciclo por los pasillos del hotel para mí son mágicos.
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