El cine es un espacio de identificación, de educación, de industria y de arte. Y todo eso, está dentro de este blog.

sábado, 25 de junio de 2011

Expiación, deseo y pecado, de Joe Wright



Con el estilo que ya nos ha deleitado otras veces (y se los digo después de haber visto más veces Orgullo y Prejuicio de las que Keira leyó el guión), Joe Wrigth compone cada fotograma como si se trataran de pinceladas, en donde el humor risueño de unos jóvenes cambiándose en una tarde de verano puede ir construyendo una sensación de tensión y al mismo tiempo de romanticismo por la tragedia que implica lo que se teje sin que ellos puedan hacer nada al respecto. 

Esta película se convierte así en un poema a la espera y a cómo una idealización puede llenar espacios enormes en la vida. Un melodrama hecho y derecho, de los que nos venían privando hace tiempo.


Ambientada a principios de la Segunda Guerra Mundial, esta historia es mitad fantasía e ingenuidad de una nena y la otra mitad es la fragilidad del momento, de la paz, de todo lo que era el universo. Porque nada más hermoso que la imaginación para un artista, pero nada más terrible que las consecuencias en la vida real. 

La estética es cuasi poética: el uso de los primeros planos con fondos fuera de foco simulando el humo del cigarrillo y haciendo que el calor y las ilusiones se impriman en el celuloide. Keira Knightley en ese vestido verde se convirtió en parte del imaginario fílmico actual y James McAvoy me dejó un nudo en la garganta al agarrarse la cabeza mientras se encuentra con una película francesa. Sin duda, uno de mis actores favoritos de su generación.


La banda sonora, ganadora de un Premio de la Academia ese año, es de un thriller por sobre todo, lo cual ayuda a la sensación de drama y tensión y son unas teclas de máquina de escribir las que se imponen sobre la rítmica para construir ese ambiente. De las que más recuerdo del último tiempo. 

El ritmo del relato presenta un punto de vista pero la fantasía y la realidad en una nena no siempre son tan claros y es ahí donde el espectador se pierde y se vuelve a encontrar. Un final hasta moralista, que hace a la historia aún más trágica. 

2 comentarios:

  1. Cada vez que vemos a Anthony Hopkins nos ponemos sal y pimienta en el cuerpo: si vamos a ser devorados por Hannibal Lecter, al menos que sea bien sazonados!!!

    Saludos, genial la entrada de hoy y tu reseña de Atonement!!!

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  2. Hay grandes papeles y grandes películas...elegir sólo cien me resultó una tortura (tengo q confesar que aquellas q todavía no subí, están entrando y saliendo de la lista). La verdad es que con la lista lo que pretendí hacer era (no sé si se entendió) marcar una línea sobre mi perspectiva cinematográfica que por conocer el cine arte, no todo el mainstream es malo, que crecí mirando el cine americano y lo sigo aprenciando cuando es bueno y que de a poquito me fui abriendo al cine de otras épocas y de otros orígenes y todavía sigo aprendiendo.
    Esta peli en particular, me parece un melodrama bien contado, con esas imágenes tan románticas y tan trágicas al mismo tiempo, el carnaval de los soldados y la guerra...y toda una vida de tormento. Me gusta la idea de que te pinta tan trágico el relato por el hecho de que te lo cuenta la autora de la separación desde su culpa.
    Trivia: sabían que el que entrevista a Vanessa Redgrave al final es Anthony Minghella? Otro de mis directores y guionistas favoritos...
    Un beso enorme y nos seguimos leyendo

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