El cine es un espacio de identificación, de educación, de industria y de arte. Y todo eso, está dentro de este blog.

sábado, 13 de agosto de 2011

Los verdaderos camaleones: Daniel Day Lewis


Daniel Day Lewis es sin dudas uno de los mejores actores que han existido. Su capacidad para darle una apariencia física y hasta tics nerviosos a cada uno de los personajes que hace, provocan que muchas veces el resto de los actores y hasta el decorado, se borren por un rato. Es que además de tener talento, viene de una familia de artistas que hasta parece genético: su abuelo era productor de cine, su padre poeta y su madre actriz de teatro y él está casado con la hija de Arthur Miller. 

Sus primeros pasos en fílmico fueron en un diminuto papel que ni siquiera aparece en los créditos en Domingo Sangriento (Sunday, bloody Sunday) en 1971. Su paso por el teatro, la TV y la pantalla grande lo hacen reconocido, como así también los papeles que rechazó. Entre ellos están el de Aragorn en El Señor de los Anillos, Shakespeare Apasionado, Filadelfia y el de Batman Eternamente. Con ustedes, otra entrega de los verdaderos camaleones y uno de mis actores favoritos: Daniel Day Lewis. 

En 1982 haría su primera película y sería en nada más y nada menos que “Gandhi”. Si bien fue bastante desapercibido, es un inicio y como tal debe tenerse en cuenta. 

En 1984 llegaría “Motín a bordo” en donde compartiría cartel con Anthony Hopkins y Mel Gibson. La historia ronda el botín de 1788 del navío inglés Bounty en el que llegaron luego de 50 días a tierra sin apenas beber ni comer para que los asaltantes no se llevaran la carga. Daniel interpreta a John Fryer que es un buen marinero pero que los placeres en la isla antes de zarpar lo hacen perezoso y un poco es el tipo de papeles que luego se mantendrán en casi todos los personajes que busca: la posibilidad de que haya un cambio tan grande en la psicología que sea equivalente a interpretar a dos tipos totalmente distintos. 

Un año más tarde haría uno de los personajes más interesantes de su carrera en “Mi hermosa lavandería”. En esta oportunidad hará de Johnny, un joven que entra a trabajar a una lavandería del tío de un amigo del secundario y a pesar de todos los prejuicios que tiene éste, se terminan enamorando. Es una comedia irónica, con una idea no sólo de la homofobia si no del trato de los ingleses a los inmigrantes y de la sensación de rechazo que los rodea. 

En 1986 se estrenaría “Una habitación con vistas”. Dentro de un planteo de una Florencia utópica y de abrirse a los sentidos y al romance, nuestro actor en foco se pone en el papeñ de Cacil Vyse, un absoluto inglés frío y aburrido que es exactamente todo lo que Lucy piensa querer, hasta que descubre el mundo. Sin haber llegado a un gran papel, mucho menos después de lo genial que estuvo en el film anterior, sigue apareciendo correcto y frío, exactamente lo que la película necesita de Cecil. 

En 1988 llegaría al cine la adaptación de la novela ganadora del premio Nóbel “La insoportable levedad del ser”. Con lo compleja que es, no entremos en la discusión de la adaptación en cuanto a si está a la altura del libro o no, pero si sabemos que la elección de Tomás estuvo en buenos zapatos. 

La historia se concentra en la búsqueda filosófica del concepto de peso y a través de Tomás, un cirujano checoslovaco en Praga antes de su primavera famosa. En ese tiempo tendrá amantes e irá cediendo terreno cuando conoce a Teresa, con quien termina entablando una relación estable. En esta búsqueda constante y el exilio, la vuelta a Praga y demás, nos encontraremos con un hombre que cambia frente a nosotros con cada mujer que se acuesta, aun amando a su mujer. 

En 1989 llegaría su primer Óscar con la encarnación de Christy Brown en la conmovedora “Mi pie izquierdo”. En un enfoque que no pretende ser condescendiente ni de disminuir a un hombre con discapacidades, el film intenta ser biográfico y mostrarte la lucha y el crecimiento de un artista que quiere hacerse paso en la vida y en el arte. 

La interpretación de Day Lewis debería analizarse en cada una de las escuelas de actuación del mundo, desarrollando tics, una forma extraña de mover la cabeza y hasta la capacidad de permanecer durante todo el film con la cara contraída pero que todo eso no te moleste, porque ves a la persona que está debajo. Me gusta la expresión que le dan a una persona que sufre los cambios de la misma manera que todos, con mayores dificultades y sin un centavo pero que es absolutamente amado por su familia. 

“El último de los mohicanos” representaría uno de sus mayores éxitos de taquilla y uno de los films más caros en los que ha participado. En su rol de Nathaniel, es un hombre inglés que ha sido criado por indios mohicanos, presentes en las rebeliones de otras tribus cuando hay ingleses y franceses tratando de instalarse en Estados Unidos. Con la enigmáticamente preciosa Madeleine Stowe se crea este romántico relato de un hombre que no sabe a dónde pertenece más que a los brazos de ella. 

En este caso lo vemos intenso, romántico y hasta pasional. Hombre de pocas palabras, aparece como el pilar de Cora, una jovencita bien nacida y criada en Inglaterra que sabe entregarse a ese instinto. 

Ese mismo año lo volveríamos a ver en un papel romántico en “La edad de la inocencia” de Martin Scorsese. La verdad es que es la más distinta en toda la filmografía del director y hasta podría decirse que es un festival visual. Aquí Newland Archer será nuestro actor, un hombre práctico que cree haber encontrado su rumbo en la vida hasta que conoce una mujer que le hará replantearse todo. Tenemos a una hermosa condesa versus una frágil y adorable mujer. De alguna manera, la disyuntiva de este personaje está entre lo que debe hacer y lo que le gustaría hacer. También es una historia que se trata sobre la fragilidad del momento y de cómo lo que fue válido puede que mañana ya no lo sea. 

El siguiente film sería uno de los más recordados de su carrera. “En el nombre del padre” se estrenó en 1993 y es parte de una lucha de un hijo por limpiar el nombre de su padre. Basada, como la anterior, en un caso real, Daniel interpreta a Gerry Conlon, un joven que fue acusado de ser el que puso una bomba en un bar en los 70s en Londres por ser miembro del IRA y que fue apresado junto con su padre, tíos y amigos. Cuando logran que se reabra el caso, la verdad sale a la luz. 

Las historias cuentan que para prepararse para este rol no le bastó simplemente el conocer al Gerry real, escuchar de su propia voz la historia, la desesperación, los relatos de cuando algo se rompe dentro del espíritu, si no que durmió noches enteras dentro del set (o sea en la celda) y pidió a los miembros de la producción que lo trataran como un preso para entrar en el papel. Así vamos viendo los quiebres de un adolescente idiota y resignado a un joven dispuesto a luchar. 


En 1996 volvería a trabajar con Winona Ryder en “Las brujas de Salem” (El crisol en España). Esta adaptación de la obra de Arthur Miller nos deja a un desamparado Daniel Day Lewis que le toca en suerte ser el objeto de deseo de una desquiciada Ryder. Si bien la historia intenta centrarse en el peligro que significa la ignorancia, la película es austera en todo, menos en actores. 

En este humilde John Proctor, casado y un hombre serio que debe llegar al punto de confesar lo inconfesable para encontrar paz, lo vemos sucio, vulnerable e incapaz de defenderse o de defender a su mujer. Básicamente demuestra de lo malo que puede llegar a ser el ser humano sobre aquello que no entiende y a la envidia que lo corroe. 

En 1997 llegaría “The Boxer” en la que encarnaría aun boxeador irlandés que vuelve a Belfast después de haber estado en prisión por 14 años. En un círculo de violencia constante, Danny intent encontrar la paz y vuelve a entrenar. Mientras las cosas empiezan a mejorar, puede arreglar el gimnasio donde entrena y volver a boxear, su pasado lo persigue y empieza a ser un hombre atrapado. La verdad es que es una historia violenta bastante rosa y si bien él siempre es correcto en sus interpretaciones, por momentos me parece que veo más aspectos de pareja de los que debería con una historia semejante. 

Pero en el 2002 volvería a pisar duro con una película que no logra sostenerse mucho pasados los ¾… o sea, tiene un desenlace que no logra estar ni cerca de todo el desarrollo pero a eso lo tomo como parte del síndrome Scorsese. “Pandillas de Nueva York” le daría la chance a Day Lewis de ser un americano de pura cepa y un poco cínico. Me gusta la simpleza con la que se retrata una problemática y una situación histórica tan compleja y pocas veces explorada y entonces el rol del carnicero puede destacarse como se destaca. 

Un hombre acostumbrado a trabajar con carne muerta, sabe lo que se siente cuando el cuchillo penetra la carne. Sabe que hay lugares en los que la herida será mortal, que el respeto es más importante que la violencia y cree ser intocable. Cuando un jovencito en busca de confianza llega para tocar a la mujer que es sagrada por más que él no la toca y a discutir su reinado, habrá que sentarse y deslumbrarse con un chuchillo volando muy cerca de Cameron Díaz mientras él dice “Oopsy Daisy”. 

En el 2005 llegaría “La balada de Jack y Rose”. Película efectista en extremo cuenta la relación de un padre y su hija que ya hace años viven en los restos de una comunidad hippie/ecologista y que, a raíz de la enfermedad terminal tiene que traer a vivir a su pequeña burbuja a su amante y a sus dos hijos. Con una idea un poco romántica se hacen planteos del hecho de que Jack se aferra a todo cuanto conoce pero hay una idea de espejismo presente ya que Rose después va reaccionando ante el hecho de que ese quiebre ha llegado a ella. En fin, es correcta pero el planteo de incesto y de la supuesta homosexualidad de Rose son como cabos sueltos que no se terminan de definir. Para mí le falta un golpe de horno. 

En el 2007 se estrenaría “Petróleo sangriento” (Pozos de ambición en España). A ver…tiene elecciones en lo estético que no son sencillas de ver. Primero de todo, el uso del tiempo muerto y por otro el uso de la luz, en los que parece excesivamente oscura en la noche y casi quemada de día. En lo personal, ambas elecciones me gustan porque la idea de que en el cine siempre tiene que pasar la acción vertiginosamente frente a nuestros ojos es mentira, es como pensar que en la vida siempre tiene que estar pasándonos algo y el tema de la luz permite crear situaciones intimistas y cambios en los personajes que son notables. Aquí, Day Lewis es un magnate del petróleo que tiene que luchar en cuanto a poder con un reverendo que tiene delirios místicos. La película va dando lugar a un duelo casi shakespeareano en la que Daniel grita que abandonó a su hijo y el reverendo termina pidiendo una malteada tirado en el piso, reducido a un adolescente nuevamente. Para no perdérsela. 

En el 2009 llega “Nine”. OK, concedamos el hecho de que no es sencillo hacer un papel tan famoso de un ícono como fue Marcello, pero realmente esta película no se sostiene por ningún lado. Aunque dejáramos de lado que el actor realmente no sabe cantar ni llevar el ritmo, aparece como un niño malcriado, sin glamour ni experiencia, en la que la madre muerta, la musa y la prostituta parecen sostenerlo. Realmente, este film es de Marion Cotillard que está realmente preciosa, mucho mejor que la sobre actuada Penélope Cruz que tan elogiada ha sido (además canta y baila tan bien como yo…con la diferencia de que yo no vivo de eso y me puedo dar el lujo de ser un desastre). 

Por suerte tenemos dos proyectos en vista, uno con Spielberg y el otro con Scorsese. Realmente este actor es uno de los más importantes en la historia del cine, creo que es de los que puede sostener una película aunque no cuente con nada más que con él y que es capaz de transmitirnos tanto que no podía no estar en este segmento del blog. Ya el año que viene lo veremos junto a Sally Field como Lincoln. Veremos si lo agregamos a esta nota porque a lo mejor vemos un nuevo clásico.

2 comentarios:

  1. Muy buen repaso Patricia, me di cuenta de que me faltan algunas por ver de Lewis. Por cierto, gracias por los títulos entre paréntesis, todo un detalle =).

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  2. jaja ha sido un gusto. Si no viste "Mi hermosa lavandería", es altamente recomendable...
    Saludos

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