El cine es un espacio de identificación, de educación, de industria y de arte. Y todo eso, está dentro de este blog.

lunes, 29 de agosto de 2011

Los verdaderos camaleones: Kate Winslet



Cuando James Cameron la seleccionó para Titanic dijo que fue porque tanto ella como Leonardo Di Caprio habían sido nominados para un Óscar antes de cumplir los 23 años. Lo que no sabían era que estaban construyendo un mito y lanzando definitivamente la carrera de ésta actriz de la que hoy vamos a hablar.

De nacionalidad inglesa, nos ha cautivado con profundos roles dramáticos y hoy vamos a dedicarle este breve homenaje a su carrera por ser de los mejores talentos de su generación.

Proveniente de una familia de actores dramáticos, su educación empezó en las tablas a corta edad, enfocándose en el audiovisual a partir de 1991 con sus primeros pasos en la televisión. Sólo tres años más tarde ya estaría hechizándonos con su rol en “Criaturas Celestiales”, bajo la dirección de Peter Jackson.

En ésta interpretación Winslet nos entrega a una Juliet intensa, cerca de las pasiones y fantasías de lo más dramáticas. En la piel de una niña de quince años que descubre el amor con una amiga, enfermará, se levantará y encontrará la forma de liberarse para poder estar juntas. Ese juego de las interpretaciones de la actriz en los que es muy carnal e impulsiva y al mismos tiempo se denota mucha vulnerabilidad se convirtió, a mi criterio, en el sello de su trabajo y en la razón por la cual siempre nos moviliza.
En 1995 llegó con “Aventuras en la corte del Rey Arturo” que es un film bastante olvidable en el que interpreta a una princesa de la época. No fue el proyecto más interesante en el que estuvo involucrada pero tampoco hace ruido. Ese mismo año se estrenó Sensatez y sentimientos, basada en la novela homónima de Jane Austen, adaptación que le valió a Emma Thompson un Óscar de la Academia como “mejor guión adaptado”.

Winslet interpreta a Marianne Dashwood, una joven que cree que el amor es para toda la vida, que depende del enamoramiento pasional y que cuando el corazón siente, la razón no manda. La contraposición con el personaje de Elinor crea la dinámica de la historia y fue casi imposible enamorarse de ella. Los extremos en los que está el personaje, con grandes toques de dramatismo. El rol de Marianne le valió su primera nominación a los premios de la Academia en la categoría de “Mejor Actriz de Reparto”.

Un año más tarde llegaba con “Jude”. Interpretando a una crítica y fuerte mujer, Winslet nos deja a una Sue muy femenina y al mismo tiempo sabiendo lo que quería y podía pedirle al mundo. Encuentra al amor de su vida lejos de su marido, pierde a sus hijos, a su vida y se apaga bajo el yugo de una sociedad dispuesta a señalar y condenar. Una madre y esposa abnegada más allá de lo que dicen los papeles y ley que nos ha dejado marcados a fuego. La magnolia de acero había empezado a surgir en la carrera de la actriz.

En 1996 llegaría la adaptación de Shakespeare “Hamlet” en la que haría de la adorable y frágil Ofelia. La mujer que se deja seducir y que luego ama nos deja una memorable escena envuelta en una camisa de fuerza como acto absoluto de desesperación y despecho.

Sería el año siguiente cuando llegaría a las salas el fenómeno mundial que significó “Titanic”, dejando a la luz de todos, los secretos de un mítico barco y la historia de amor más tierna de los 90s. Representando a una chica que no sentía pertenecer a donde estaba, cargando la responsabilidad del futuro de su madre y de ella en la obligación de casarse con un hombre al que no ama, da esa sensación de dar manotazos de ahogados buscando la libertad, la chance de expresarse como la mujer que era, con su sexualidad y su cerebro. La convirtió en un clásico, en una belleza en la que la dulzura era su rasgo más destacado y la que más tiempo mojada estuvo en toda la década.

En 1998 se estrenó "Hideous Kinky", en la que Winslet nos entrega a una madre soltera que se muda a Marruecos desde Londres con sus dos hijas. Julia es una mujer que tiene un par de sueños hippies y ganas de encontrar el amor, de reconectarse con lo espiritual y lo hace de tal manera que sus hijas terminan siendo el rehén de éstos sueños. Termina siendo una aventura, momentos de romance y una mezcla que no termina de hacer una buena película. Tal vez por eso la interpretación de Winslet no llama particularmente la atención.

Ese mismo año se estrenó “Holy Smoke” que es el intento de crear una relación de amor platónico que el momento carnal no hace más que confirmar el sentimiento. Cuando una joven tiene que ser “exorcisada” después de haberse sumado a un culto en la India, mantiene sesiones con un terapeuta en las que el amor, el fanatismo y la pasión aparecen como traídos por lo divino. Es una película poco lograda, la verdad olvidable.

En el 2000 llegaría “Letras prohibidas” en la que interpreta a una lavandera que trabaja en el manicomio en donde está encerrado el Marqués de Sade.

Kate es Madeleine, y es quien ayuda a que estando encerrado, aún pueda seguir publicando sus relatos el Marqués. Se establece un triángulo amoroso tortuoso con el cura que regentea el lugar. La idea del delirio artístico, de la escritura como catarsis y la inocencia de la juventud mezclada con el placer del tabú condimentan este drama y forman el clímax amargo que lo culmina.

En el 2001 llega “Enigma”. En ésta película ambientada en la Segunda Guerra Mundial, los secretos y las investigaciones llevan a un grupo de ingleses a buscar decodificar el código de la máquina Enigma en orden de detectar los submarinos rusos. Kate interpreta a Hester Wallace, que entra en escena como la ayuda para el personaje principal en cuanto poder comprender el rol que ha cumplido una amiga en común e intentar descubrir si es una doble agente. De compañera de aventuras, a objeto de deseo y todo mientras corre el reloj. No es un gran film, pero es correcto.

Ese mismo año estrenó “Iris” en la cual interpreta a la versión joven de, nada más y nada menos, de Judi Dench en la que encarna a la escritora Iris Murdoch en sus primeros años en los que conoció a su marido. Nos deja una mujer imperiosa, una mente apasionada y cómo la factura del tiempo la va desgastando a ella y a sus recuerdos. Un planteo e historias tiernos.

En el 2003 llega junto a Kevin Spacey en “La vida de David Gale” en la que encarna a una periodista que entrevista a un hombre que está condenado a la pena de muerte y antes era activista en contra de ella. Hay una búsqueda, un cambio, una mujer irónica que cambia de escéptica al activismo y a la lucha por los ideales y en contra de un sistema que se destruye a sí mismo. El film tiene un mensaje fuerte y si bien los actores funcionan en el relato, no se destaca uno sobre el otro, si no son más bien los momentos que se crean los que terminan de delimitar el impacto del argumento.

En el 2004 llegaría la maravilla de Michel Gondry “El eterno resplandor de una mente sin recuerdos”. En un retrato sobre las relaciones, sobre lo difícil de sobrevivir del paso del enamoramiento, al amor, al desgaste y encontrarse de nuevo. Winslet nos trae a una Clementine en que está atrapada en una idea de sí misma que no puede tolerar, que se obliga a cambiar para no verse nunca apagada y que ama y odia apasionadamente. De las mejores interpretaciones que vi en la actriz y de las películas románticas mejores resueltas que recuerdo.

Ese mismo año acompañaría a Johny Depp cuando se calzó las calzas de James Barry, contando la vida del escritor cuando iba a escribir “Peter Pan”. Kate es Sylvia, una viuda, madre de tres hijos que vive con su madre, con pocas comodidades y pocas alegrías, pero ha permanecido fuerte y enérgica ante todo, como una luz de esperanza y un hada madrina. Como tal, tiene de las más mágicas catarsis que uno puede llegar a pensar.

En el 2005 llega “Romances y cigarrillos”, en la que no sólo demuestra saber cantar si no que además hace gala de todo su sex appeal para ponerse en la piel de Tula. Con gran casting, pero mucho ruido y pocas nueces, la verdad.

En el 2006 llega “Secretos íntimos”. El concepto de mostrar a partir de un pueblo pequeño cierta cantidad de problemáticas sociales no es nuevo, pero funciona. Kate Winslet hace de Sarah, una mujer que está decepcionada de su vida porque su marido le da lo mismo, los quehaceres no la dejan terminar de estudiar y quiere a su hija pero hay días en los que no la soporta. Se encuentra con un hombre que está tan desesperado por escapar a su vida como ella y terminan así enroscados en un romance con pocas probabilidades de salir bien o de llegar a algo mientras un ex convicto por pedofilia está de vuelta libre. La psicosis que genera en la piscina del club es muy clara respecto a lo que el pueblo pensaba de él y, al mismo tiempo, lo ponen a él en la tortura de no poder dominarse. Es un planteo poco profundo, poco sociológico y poco psicológico pero como relato cumple.

El mismo año se estrena el remake de “Todos los hombres del rey”. Si dejara este espacio sin escribir nada, sería exactamente lo mismo porque no es un film que haya cumplido en ningún aspecto. Tal vez fotografía y vestuario, pero no mucho más. Me dio la sensación de que le hacía falta un golpe de horno para terminar de estar lista.

Pero, como el año fue bastante activo, también nos trajo a una Iris, pero ésta vez una que cambia casas con Cameron Díaz por dos semanas. En “El descanso”, Kate Winslet nos demuestra que el amor no correspondido puede ser de los peores y ella es una especialista. Mientras su personaje se busca a sí misma, descubre el Hollywood clásico y la mística que tenía. No fue el rol más logrado en la carrera de la actriz y hay momentos en los que resulta sobreactuada pero se deja ver.

En el 2008 llegó "El Lector". La historia sobre ese amor platónico adolescente y la verdad con la que se encuentra años después va transformando el relato y a ella, que la vemos a través del personaje principal. La película está bien lograda y la tensión y el dramatismo suben a cada instante. De todas maneras, ella se destaca por sobre el resto sin mayores problemas. Era el centro de ese universo.

Y después de tanto calentar el banco como nominada, ese año también hizo “Revolutionary Road” y logró ganar el Globo de Oro en las categorías de “Mejor actriz” y “Mejor actriz de reparto”. En éste proyecto en la que la dirigió su ex marido, Sam Mendes, Kate vuelve a hablar sobre la crisis de un matrimonio cuando un día se da cuenta que sus sueños y proyecciones se han esfumado en eso porque no han llegado a concretarse. La magia del director y la química de la pareja principal permite que el relato tenga momentos de felicidad y euforia, para caer en picada. La gente suele elogiarla mucho a ella y no creo que esté equivocada en su construcción de personaje, pero Leonardo Di Caprio, quien hace de su esposo en la cinta, realmente es quien sostiene todo el cuento. Y lo hace de una forma magistral.

Por una cuestión de política, la Academia de Estados Unidos no nomina a una misma actriz en ambas categorías, por lo cual eligieron “el lector” ese año. Se ve que estuvieron bien parados, porque en un caótico discurso de agradecimiento en el que hasta el padre silbó, Winslet dejó de calentar el banco y se hizo finalmente con la estatuilla.

Este año está por estrenar dos films que tienen buenas perspectivas. Por un lado “Un Dios salvaje” de Roman Polanski, basada en la obra de teatro. Compartirá papel con nada más y nada menos que el monumental Christoph Watlz, Jodie Foster y John Reilly. Por otro lado está “Contagion” de Steven Sodenberg en la que se recreará una epidemia y el reparto que tiene creo que va a eclipsar hasta a la epidemia en sí.

Para el 2012 la veremos en “Movie 43” que son cortos de comedia, presentadas al estilo de “New York I love you”.También se está rumorean
do que va a participar en la película “Americana”, a estrenarse en el 2014 ambientada en la Guerra de Secesión.

Así es como esperamos que ella vuelva cada vez que ella termina de desaparecer en pantalla. La magnolia de acero por excelencia, la mujer que sobrevive a todo y sigue siendo dulce y pasional.

No hay comentarios:

Publicar un comentario