El cine es un espacio de identificación, de educación, de industria y de arte. Y todo eso, está dentro de este blog.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Alta Fidelidad, de Stephen Frears (Por Rodrigo Chavero)*


Recuerdo como hoy el día que fui a ver “High Fidelity” en el 2000. En general, hago crisis cada cambio de década (tengo 41), por lo que su llegada sirvió para mediatizar mis angustias existenciales en aquellos lejanos 30 y transformarlos en agudas reflexiones, en vez de ahogarme en cavilaciones sin sentido que potenciaran mis aristas más oscuras. La cosa es que en cuanto pude sintonizar con la frecuencia de esta obra maestra de Stephen Frears, me di cuenta que esta historia reflejaba muchos aspectos de mi vida presente y pasada, de manera que ese relato en particular, debía ofrecer al espectador abundante material para su identificación plena y una línea de abordaje plagada de guiños y humor para hacer interesante su recorrido.
Quizás para muchos de ustedes, “Alta fidelidad” sea una comedia romántica más. Quizás recordarán alguna escena aislada (en especial la de Jack Black cantando en el cierre “Let’s get it on” en ese pub repleto de amigos) y no mucho más. Pero créame que esta película (y el libro en el que está basado), no son material que pueda pasar desapercibido.
“High fidelity” exhibe su mayor mérito al caracterizar el pasaje crítico que significa dejar los años de búsqueda salvaje y adquisición de experiencia y pasar a una etapa donde las necesidades y proyectos cambian y se transforman, modificando drásticamente el escenario anterior. En realidad, lo que hace la cinta tan adictiva es como amplifica el conflicto natural que se produce a la hora de dejar la “adolescencia tardía” y asumir el mundo desde otra perspectiva.

Rob (John Cusack) tiene una tienda de vinilos. Es melómano y ex DJ, pero algo no salió del todo bien y su vida parece bastante gris. Tiene novia y un par de empleados a quienes no les paga pero que lo acompañan en su negocio porque aman la música. Cierto día, su pareja decide abandonarlo (vivían juntos) y lo que debería ser una ruptura más, cobra otra dimensión: Laura (Iben Hjejle) no es cualquier mujer. Y él se da cuenta de esto al perderla. Esta pequeña y cotidiana tragedia pone a Rob de cara a sus propias miserias: hay algo que está haciendo mal y a no ser que descubra que es, este mecanismo que opera en él se devorará sus perspectivas de ser feliz.
En consecuencia, esta pérdida sumerge al protagonista en un descarnado análisis de su vida amorosa desde una curiosa y singular, perspectiva histórica. Como ama los ránkings y la música, elegirá ir haciendo un racconto jerárquico (sus divertidos Top5 basado en canciones y eventos importantes) para ver que salió mal en este tiempo y cómo encauzar la recuperación de Laura sobre bases sólidas, que le permitan tener chances reales de volver a su lado.
¿Cuál es el mecanismo que acciona en nosotros este film que nos hace valorarlo tanto?
Simple.  La película habla sobre abandonar lo casual, artificial y cuantitativo (que se da en la segunda década de vida) e ingresar de lleno en una etapa donde lo elaborado, profundo y cualitativo reinan (la madurez plena). Ese paso hacia la conformación de estructuras más estables y confortables, está maravillosamente expuesto en el divertido derrotero que hace el protagonista. Rob volverá a ver a sus ex novias, buscando ordenar sus respuestas y descubrir el patrón que le permita ver con claridad en las sombras y definir que destino quiere para su vida amorosa.
El humor de Cusack en sus monólogos hablando a la cámara y los diálogos cruzados con Dick (Todd Louiso) y Barry (Black) en la tienda de discos son antológicos. Hay mucha química en ellos, porque conectan con ese espíritu infantil (juguetón) de compañeros, que les permite disparar con ironía sobre los clientes que buscan material en su tienda. Cada countdown que se vierte en “High Fidelity” está cargado de nostalgia, desenfado y buena crítica musical.
 El desfile de situaciones y hits se suceden sin pausa a lo largo del metraje y cuando se acerca el final, una sensación de emoción te invade el cuerpo: así como Rob logra resolver exitosamente su difícil coyuntura, vos como espectador agradecés haberlo acompañado en ese viaje.
“Alta fidelidad”, mi película para acompañar este homenaje coral.

*Rodrigo es el creador y administrador de El Espectador Avezado. Además, es profesor, ha sido DJ, ha hecho radio y es un grandioso ser humano. Cuando me contó lo mucho que este film significó para él porque una parte de su vida había sido así, no pude menos que pedirle que sea su aporte.
Siempre respeto la idea de que la crítica se hace desde la butaca. A lo mejor los libros de cine dicen que miles de películas faltan a mi top 100 que hayan hecho un hito. Yo creo que si el film logra movilizarte así, ya vale la pena más que ninguno.

Les dejo el link para que visiten a Rodrigo en su Espectador El Espectador Avezado.

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8 comentarios:

  1. Me encantó la reseña. Entiendo perfectamente eso que dices sobre la identificación con esta película. Cuando eso pasa, imposible no tenerla entre tus favoritas.
    Es una comedia totalmente original, un guion magistral y un reparto tan divertido y profesional. Fuera de todo cliché, es una de las mejores películas de la década.
    Saludos.

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  2. Gracias Carlos por tus palabras. La verdad es que es un film para melómanos. Y hubo una etapa de mi vida (no esta, precisamente), en que todo suceso estaba relacionado con la música. Creo que la película grafica ese tipo de conductas y se agiganta cuando describe la crisis a la que hago referencia en el post. También me parece, desde algún lugar, que la resolución positiva del conflicto, nos deja cierta huella inconciente que nos hace volver a verla cada vez que la pasan en el cable. Placer puro... Que se yo! La amo. Es así, a veces pienso que la explico demasiado pero si no lo hago, pasa como una cinta más, cosa que no es...

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  3. Bravo por Mr.Chavero!hizo una descripcion fidedigna de ese film.Me gusta John Cusack no tanto asi Jack Black,pero en este film se lo ve bastante contenido.Maravilloso el mundo de los vinilos,no?Saludos Patricia y que bueno que son amigos pues juntos generan muy buenas cosas

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  4. Genial película!!! Los Top 5 de Rob y co. son tremendos (la tienda se llama Top Five Records). Y muchas cosas que dice son de una profundidad y sensibildad envidiables realmente! Cuando hace el top 5 de las cosas que extraña de Laura, la última de los pies especialmente, le hace a uno salir corriendo a buscar el amor de su vida (si es que no lo tenés eh!).
    Yo tengo varios amigos DJ, y para ellos es encontrarse en algún punto cuando Rob dice que fue DJ y que lo hacía para conocer chicas. Una verdad encontrada.
    Otra cosa: leíste el libro en el que se basa? Nick Hornby tiene la capacidad de hacer buenas novelas y ser best-seller o lo era en su momento.
    Saludos!

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  5. Gracias Sil por dejarnos tu opinión. Creo que cuando uno se siente tan atrapado por una película, tiende, en algún momento, a desarmarla y buscarle el porqué a uno le llama tanto la atención. Indudablemente es caja de resonancia de sucesos y personajes internos, y eso sentí con "High fidelity", que no me pasa habitualmente con el resto de lo que veo.
    Por suerte, y gracias a Twitter, conocí gente extraordinaria que hace lo que le gusta y comparte la misma pasión por el cine, como Patricia. La idea es que todos deberíamos jugar para el mismo equipo, en el sentido de que creo (y esto ya lo saben muchos, porque me lo escuchan seguido), que los contenidos deben rotar por todos los espacios y esa red debe ir ganando terreno y albergando a sus autores y lectores. Esa es la idea, veremos como la vamos armando de cara al 2012... Besote!

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  6. Hola a todos, en realidad, yo voy a poner un granito de arena en estos comentarios! jaja amén de que a mí me gusta mucho la película, cuando Rodrigo me contó cuánto tenía de personal lo que veía, me pareció el toque justo. La verdad es que hay muchas pelis de mi lista que a lo mejor pueden cambiarse por unas "mejores", pero, a la hora de la verdad, lo que importa es lo que te provoca cuando la ves. Por poner un ejemplo, África Mía es la favorita de mi mamá, entonces cada vez que la veo me acuerdo de ella. Para mí, eso hace que la película a lo mejor sea mucho más cálida o más linda de lo que es.
    Toda lista es personal y no hay nada más personal que algo que te moviliza así.

    Ah! y yo sí lo banco muchísimo a Jack Black! cómo me río cuando lo tortura al cliente y no le vende el disco de onda!

    Un beso enorme a todos!

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  7. Bruno! Si, leí el libro, en los 90...Y lo presté, por eso no pude traerlo para acompañar la reseña. Yo fui DJ pero no porque tuviera esa actitud de levantarme minitas haciendolo...En mi caso amaba la música y tenía fanatismo por las versiones especiales de los hits que pasaban las radios y estaba obsesionado (lo debo confesar) con atormentar a los dancers con cosas raras cuando estaban en la pista. Lo que si, tuve una época que rankeaba todo, todo el tiempo, en todo lugar (conducta molesta si las hay), los 5 mejores viajes en colectivos, las 5 mejores borracheras, los 5 peores alumnos que tuve...etc etc... Fue una linda época, supongo, y esta cinta me la trae de vuelta... :-)

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  8. Me encantó el post! Sin duda, comparto cada palabra de Rodrigo. Una gran gran película!

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