Hay películas que viéndolas y desde el primer fotograma nos mueve,
nos transforma, hace que veamos el cine de otro modo, este NO fue el caso de “In
the mood for love”. La primera vez que vi esta película, y me avergüenza
decirlo tenia 20 años, y recién llegado a Buenos Aires, no sabía nada del cine
oriental y menos de Wong Kar Wai, no sabía ni qué hacía en Buenos Aires
(regrese a mi país después de 8 años de vivir allá y todavía no se que
hice...), así que cuando me toco ver la película, la primera para ver en mi
clase de cinematografía, puse play al VHS (si, soy de la generación que todavía
estudio películas en VHS), empezó la película, títulos en rojo, muchos Hong
kongeses (no se el gentilicio bien todavía) todos hablando en chino, yo solo en
mi depto de San Telmo (todavía no vivía en alfa 2000 donde conocí a nuestra
anfitriona del blog), no entendía nada de la vida menos del chino. Hice lo que
cualquier cualquier estudiante de 1er año de cualquier carrera hubiera hecho,
TRAMPA, corrí toda la peli en el vhs en fast forward, solo para decir que la vi
y saber de qué hablar en clase, y luego me dedique a mi hobby de esos primeros
6 meses en buenos aires, buscarle la respuesta a la pregunta que me perseguía
todos los días ¿QUÉ CARAJO HAGO ACA?
Ese fue mi primer acercamiento al cine de Wong kar wai, y a su
obra maestra (hoy no creo que pueda superarla, todos los cineastas en algún
punto llegan a su cima y nunca pueden lograr otra película igual, Coppola con
Apoycalypsis now, Paul Tomas Anderson con Magnolia, Spielberg con La lista de
Schindler, etc...)
La segunda vez que vi “In the mood for love” honestamente no puedo
recordarme por qué fue que la vi, pero si recuerdo la sensación de asombro que
sentí al ver la peli, cómo me fue envolviendo en la trama, cómo me fui metiendo
en la historia de los personajes, como fui maravillándome con cada cambio de
escena, con cada emplazamiento de cámara, con la música, las texturas el
ambiente Hong Kong etc...
La historia es más vieja que el cine, la señora Chan y el señor Chow,
viven en el mismo edificio, comparten gustos en común, aunque no juntos comen
en el mismo lugar, les gustan las artes marciales, pasan mucho tiempo solos
porque sus parejas viajan por trabajo muy seguido y lo que empieza como una
mutua compañía, evoluciona en una amistad que termina en una atracción, una
atracción que nunca van a hacer realidad. De la historia no voy a contar mas,
ver cómo se desarrolla esta tragedia, es un placer del que no los voy a privar.
No es una película para cualquiera, la historia que acabo de
describir se puede contar de mil formas. Wong Kar Wai nos la cuenta de su peculiar
forma, al igual que como fue filmada y desarrollada: lenta, visceral. No tenía
un guión escrito, solo tenía ideas de lo que quería lograr, pero no sabía la
forma en que se iba a desarrollar, o qué giros iba a tomar la historia en la
piel de los personajes. La mayoría de veces los actores improvisaban con
pequeñas direcciones, o se dejaban llevar por sentimientos que les daba el
director, y así se fue construyendo a los ojos del director su historia.
Cuando uno se acostumbra al ritmo lento de la película y pasa la
barrera del lenguaje uno descubre cosas como la cinematografía que es una de
las mas estilizadas que he visto en mi corta carrera como director de fotografía.
Pocas veces he visto una cinematografía que se encaje tan bien con una
película, cada emplazamiento es tan poético como lo que esta contando, la
cámara siempre en movimiento y siempre reencuadrando con marcos de puerta,
ventanas, etc.. Como un voyeur nos deja ver la intimidad de los personajes y de
su vida, el manejo del tiempo y la música.
Esta no es una película fácil de ver ni una película que a la
primera vista atrape y cautive yo la veo como un gusto adquirido pero que vale
la pena tomarse el tiempo de cultivarlo.
*Pablo y yo nos conocimos por el año 2004 cuando yo me acababa de
mudar a Buenos Aires y terminé en una residencia estudiantil. Él le escapaba a
su departamento y yo estaba totalmente en desacuerdo con tener que vivir en ese
lugar. Al principio fue divertido porque siempre había algo para hacer, alguien
con quién tomar mate. Con el tiempo, los dos nos fuimos convirtiendo en los
freakys que en realidad somos y dejamos de interactuar tanto con el resto.
Me acuerdo que me ayudó con trabajos de cine (¿Te acordás del de
Cine Lumiere?) que varias veces nos hemos encontrado en cumpleaños y que
siempre conservamos la dinámica de ser “Frankie y Ava” porque teníamos
demasiada onda para los tiempos actuales. Nada, obvio que somos dos freaks pero
al menos él ya lo está capitalizando con ser un director de fotografía y
fotógrafo profesional. Y bueno, Frankie, te reto a que seas el primero
guatemalteco más famoso que Arjona acá. No te citarán los taxistas, pero podés
sumar algo más.
Lo que cuenta él también es interesante: ¿Se acuerdan de alguna película que hayan odiado a primera vista y después de una revisión se dan cuenta que les encanta?
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La verdad, los aportes que están haciendo a tu blog no sólo son geniales, sino que son sobre películas geniales. Hoy, IN THE MOOD FOR LOVE, película de la hablé hace poco en el blog. Es única, insuperable, terrible.
ResponderEliminarLa experiencia me interesó mucho. Alguna vez en nuestra vida nos toca ver una película que en un principio no nos gusta (o no la entendemos, o nos negamos, o no la queremos entender), y luego acaba marcándonos. Para mencionar una, que quizá sea la que tuvo la mayor diferencia entre la primera vez que la vi y la última, te puedo decir CLOSER. La primera vez la odié. En serio. Me pareció tramposa. Pero luego, la amé, la amé, la amé. Hoy me parece de lo mejor que nos regaló la década, aunque a primera vista hubiera querido salir corriendo.
No estoy de acuerdo (supongo que ésto es subjetivo) con que ésta haya marcado la cima del cine de WONG KAR WAI. Me quedo con su antítesis, 2046, otra película increíble. "Donde todo lo prohibido se vuelve real.."
Saludos.
Una de las mejores películas de la historia y la mejor del año 2000. Justamente, ayer, también hice artículo en mi blog sobre ella, qué casualidad!
ResponderEliminarLa volví a ver y me gustó más aún que las dos primeras veces. Su uso de la imagen, de la música y el montaje es impresionante. Pocas veces ha habido una obra tan innovadora. Además posee una de las mayores historias de amor.
Cuando uno se acostumbra al ritmo, se puede perder en la fotografía. Creo que es una de las mejores que vi: es romántica y dura al mismo tiempo. Nos deja ver que hay algo en cada espacio, pero que no puede tocarse, que no puede tenerse. La belleza así se hace hasta dolorosa frente a nosotros. La constante sensación de anhelo que no ha de saciarse nunca.
ResponderEliminarY es que el amor romántico tiene tanta dosis de drama que es imposible ignorar.
Un beso grande a los dos y gracias por comentar