El cine es un espacio de identificación, de educación, de industria y de arte. Y todo eso, está dentro de este blog.

martes, 27 de diciembre de 2011

Viñas de la Ira, de John Ford (Por Sergio Pineau*)



No solo el trabajo de John Ford como director hace de Viñas de ira (Grapes of wrath, 1940) una de las más grandes películas de la Historia del cine (junto a El Ciudadano, por ejemplo) sino que el alto grado en la calidad de la fotografía, realizada por Gregg Toland y el excesivo celo puesto en el casting, por el productor Darryl F. Zanuck, influyeron mucho en que el filme, una adaptación de la novela homónima de John Steinbeck, haya alcanzado el sitial de clásico incombustible.

Una breve reseña indica que Viñas de ira es una película ambientada en la década de 1930, cuando Estados Unidos sufre una gran crisis económica tras el “crack del 29” (que duraría 10 años).

Muestra sin tapujos ni censura el proceso por el cual los pequeños productores agrícolas son expulsados de sus tierras por los cambios en las condiciones de explotación de las mismas y obligados a emigrar a California donde el tipo de agricultura requiere mano de obra intensiva durante la cosecha de naranjas, y de uvas.

Y es así que muestra, de forma particular, las dificultades de la familia Joad (unos “oakies” cuyos pilares son Tom -Henry Fonda- y Ma Joad -Jane Darwell-) en su éxodo desde Oklahoma hacia California en busca de mejores condiciones de vida.

Allí se encuentran con un Estado, que pese a estar en bancarrota, los protege y les devuelve cierta dignidad en la cultura del trabajo y no del mero asistencialismo.

Steinbeck exalta los valores de la justicia y la decencia humana en una Norteamérica que vive una etapa de profunda inequidad económica y política.

Y aquí aparece uno de los hechos más llamativos de la cinta, porque incluso a la adaptación a la novela de Steinbeck, que hizo Nunnally Johnson a pedido Zanuck, John Ford no le tocó ni un punto ni una coma, echando así por tierra buena parte de las argumentaciones que pesan a su favor como uno de los pilares del “cine de autor”.

Y no es que no pueda encontrarse en toda la obra de Ford un hilo conductor que lo distinga de entre tantos cineastas, por el contrario, pero aquí –y viendo en retrospectiva otras producciones de Zanuck- es dónde puede apreciarse algo del “cine de productor”, en todo caso.

Zanuck sabía darle al público lo que éste quería, pero con una percepción artística muy por encima del promedio del cine hollywoodense y pasatista de esa época.

Otro aspecto insoslayable del filme -y el que hasta el día de hoy perdura en algunos “críticos”- es que Viñas de ira pese a lo que “parece” no es un filme “de izquierda” (no es “socialista”, mucho menos “comunista”) como algunos se empecinan en encasillarlo; si bien expone en primera persona y con argumentos categóricos las desventuras del proletariado en busca de su pan (explotados por las corporaciones que los expulsan de un lugar a otro de USA) está bastante más lejos de aquellas pretensiones simplistas, porque el principal inversor del filme fue el Chase Manhattan Bank.


Es más, pese a la renuencia de Ford, el propio Zanuck organizó la primer Avant-Première del filme en el marco de una cena de gala a la que asistieron… banqueros y magnates de las corporaciones.

Todos –o casi- dieron su apoyo al filme.

Tal fue el respaldo que para los premios Oscar de 1940 tuvo 7 nominaciones y se alzó con 2 estatuillas: mejor actriz de reparto, Darwell y mejor director, Ford y el libro, además, fue un best seller ese mismo año y se llevó el Pulitzer.

Todo filme tiene un contexto que a veces lo engrandece, y otras no.

Por suerte, lo primero fue lo que ocurrió con esta película de John Ford que con diálogos precisos, planos contundentes y argumentos irrefutables, desde el punto de vista histórico (Steinbeck compartió la vida de esas masas transmigrantes y Zanuck envió filmarlas de forma documental) al día de hoy le ofrece al espectador una renovada visión de buena parte de la Historia de la Humanidad, de cómo ésta enfrenta las adversidades para sobrevivir en un mundo, a veces, muy hostil.

Viñas de ira es, en definitiva, una película tremenda pero sin golpes bajos, con actuaciones gloriosas, repletas de matices.

Un cine que, cada vez más, se ve menos desde Hollywood.

* Sergio es el editor de Cinematracks, una revista digital de cine, literatura y música que vale la pena consumir. Su estilo de redacción me encanta porque te expone todos sus argumentos como si fuera que está gritándolos a voz en cuello y que defiende la obra (o la asesina) según comentarios que ha escuchado. Como es el caso de otros, siempre le respeto que te escucha (o te lee) pero defiende su opinión a raja tabla y después de haber visto la película. No es un tema menor ya que hay mucha gente que hace críticas y estoy más que segura que no se ha encontrado con el objeto.
Esta película me resulta un buen reflejo de un drama social "a la americana" con algunos rasgos de lo que después se vería en el Neorrealismo (según, claro, mi criterio) y a través de la novela de Steinbeck (el mismo de Al este del paraíso) nos relata lo más bajo y lo más alto de la humanidad sin ningún tipo de escalas. Creo que sus novelas hablan siempre de un instinto que está latente por sobre cualquier sociedad y eso hace de su lectura (o visionado) algo fascinante.
Gracias, una vez más Sergio, por esta participación, por tantas charlas sobre cine y varieté y por dejarme recordar que el cine de Hollywood puede ser arte e industria. Paradigma que desgraciadamente se ha perdido...

12 comentarios:

  1. Patri, como dicen en el fóbal, por la invitación... gracia'a vo' :P

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  2. Una de nosotros la vio hace poco y se quedó inmóbil delante del televisor, no solo por la historia en sí (la horrosa situación que vivieron tantas personas en aquel momento), si no también por la grandeza en cómo lo explica Ford y en cómo lo interpretan los actores. Henry Fonda hace uno de los mejores papeles de su carrera: humano.

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  3. Con este filme, Fonda filmó un contrato por siete años con Zanuck (por bastante buena plata, aunque no tanta porque era una estrella en pleno ascenso...) y sí, dicen que se arrepintió porque se vio muy limitado en los personajes principales que le tocaron después.

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  4. Aun no la vi pero con esta super reseña del critico invitado ( que se caracteriza por una cuidada redaccion ) me dieron muchas ganas de verla , irá directo a mi lista de pendientes !

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  5. Sergio, como verás...GRACIAS A VOS!!!!

    Un beso grande a todos y gracias por comentar

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  6. Bueno, Muchas Gracias Marisa... tarde, pero seguro, te retribuyo los cumplidos. ¡Que bueno que te haya gustado! Creo que se cumplió esa máxima thevenetiana (que HAT le adjudicaba, a su vez y humildemente, a Tomás Eloy Martínez...) "Tenga en cada línea un dato, en cada párrafo una idea". Ojalá, se repita en otros escritos de los que se enterarán a través de la cinéfila Patricia "Leia" Relats ;)

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  7. Gracias nuevamente, Princesa Leia, y pase usted un Feliz Año Nuevo. Firmado: Chewbacca :P

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  8. Lo unico que impide a esta pelicula ser perfecta es, a mi modesto parecer, la imposicion del productor de incluir la cancion 'El valle del rio rojo' al final. Demasiado armibar metido con calzador en una tragedia moderna. Excelente articulo. Feliz 2012 a todos.

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  9. Gracias, Xavi por comentar! Ya te extrañaba! felicidades para vos también y que tengas un excelente 2012!
    Respecto a la peli, la verdad es que le hace justicia a la novela y siendo Steinbeck, eso ya es mucho...

    Gracias de nuevo, Sergio, y muchas felicidades!!!

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  10. Puede ser "onclejules"; desgraciadamente no recuerdo (y tampoco hallé) testimonios de temas "menores" dentro del filme, como puede ser, en este caso, la música. En otros filmes de la época, la banda sonora musical sí tenía una participación importante como herramienta narrativa en el filme, pero, aquí y pese a ser su autor Alfred Newman, no fue tan así. De hecho, Newman, por este filme siquiera fue nominado a los Premios Óscar. Aunque sí lo ganó en 1940 (mismo año para la nominación de Viñas de Ira) por "Tin Pan Alley": una comedia musical sobre la vida -casualmente- de dos escritores de canciones -y sus novias- antes de la Primera Guerra Mundial. Difícil determinar, entonces, qué quisieron hacer guionista y director al incluir dicho tema. Quizá, solo fue eso, un toque almibarado en medio de tremenda tragedia social.

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  11. Creo que no debe dejarse de lado el uso que tiene en el cine clásico la música ya que pocas veces utilizan al silencio como un elemento narrativo. De esta manera, hay una búsqueda de acentuar los ambientes y situaciones y tal vez en este exceso es que pasan estas cuestiones.
    La verdad es que su uso me parece hasta discreto al lado de otras y creo que la idea del drama social queda bastante sobrio, para ser la idea aderezada que tenían de contar las historias...pero son perspectivas

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  12. A lo mejor he sido muy 'duro' con esta
    maravillosa película de este grandísimo director que nos imparte una lección magistral de narrativa y de técnica con la sola visión de uno de sus grandiosos planos generales, y con los primerísimos primeros planos mas intensos y poliédricos jamás conseguidos de un rostro neutro mirando al vacío de la historia del cine.

    Más bién creo que uno de los parámetros del cine de John Ford es la utilización de una canción popular, -costumbre irlandesa ancestral-; Y aquí fué fiel a sí mismo, (cosa que me parecería perfectamente válida sino fuera porqué los Testigos de Jehovà se han tomado el himno como suyo).
    En fín, manías personales
    aparte os mando ¡un fuerte saludo!

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