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martes, 29 de mayo de 2012

Duplas inolvidables director - actor. Entrega VI: Elia Kazan y Marlon Brando



Marlon Brando no necesita presentación. Cada vez que un actor hace un gran trabajo, evocan su imagen. Ese rebelde absoluto, actor de método que se comía la pantalla.

Su estilo de hablar en la que mastica para adentro las palabras y de tener eso medio animal, encontró un punto máximo en su carrera. Su fama empezó en los 50s cuando trabajaba para este director. Imagínense que por tres películas tuvo dos nominaciones al Óscar y uno ganado.

Elia Kazan era turco pero parecía entender al público americano y a Hollywood mejor que nadie. No sólo triunfó en Broadway sino que ha hecho hitos del séptimo arte.

Se enorgullecía de su escuela de “actores de método”, de la que él era parte por haber estudiado actuación. Descubrió talentos como a Brando y a James Dean.

Mientras Brando era un activista, Kazan fue dejado de lado por haber testimoniado en la caza de brujas del senador MCarthy. No era que tenía demasiadas opciones, también hay que reconocerle eso.

Un tranvía llamado deseo 1951


Cuando Brando entra a escena en esta película, ya sabemos que hay un magnetismo en él. Lo interesante de esta obra es cómo Stanley, este hombre bien básico, se casa con una chiquita perfecta y cuando llega la errática hermana, que él sabe esconde algo más, una atracción inevitable empieza a crecer entre ellos.

Si bien han criticado que era una película excesivamente teatral, creo que la idea de la claustrofobia que se va creando con los personajes cada vez en decorados más pequeños, que se ven obligados a verse, a enfrentarse, a que el cuerpo les hierva es una gran decisión.

El grito de Marlon al final se convierte en un clásico de este drama agónico y que, debo decir, él sostiene mejor que cualquier otro miembro del casting.

Viva Zapata 1952


Emiliano Zapata es un líder de la revolución mexicana, pero poco de él se ve en esta cinta. Es que Hollywood no intentaba ser realista sino hacer una historia aparte.

Basada en la novela del genial John Steinbeck, que cuenta desde el nacimiento del personaje hasta que se muere y eso también la hace ambiciosa ya que no es sencillo retratar toda una vida en una sola película.

El despliegue de decorados, de sets reales, de maquillaje y vestuario terminan de confirmar esto.

Zapata fue quien lideró la lucha contra el dictador Porfirio Díaz. Abogaba porque la gente recuperara sus tierras, las que el Estado había tomado por lo que creía su derecho. De esta manera se combinaban los ideales de Brando fuera de pantalla ya que no debe dejarse de lado que él era un activista por los derechos de los nativos, los que consideraba verdaderos dueños de las tierras.

Lo interesante del planteo de la historia (y en donde se nota la mano magistral de Steinbeck) es que tiene un carácter cíclico en donde se libran de un dictador pero otro está dispuesto a llegar para golpear la puerta y repetir historias. Hay pueblos que no aprenden y revolucionarios que se vuelven el sistema.

Brando logra imprimir ese halo de lucha alrededor de su personaje, como si él hubiera nacido para imponerse y todas las voces se apagaran para escuchar la de él. No es un héroe listo para la estatua, sino que tiene un costado humano tan grande que termina siendo el imán para el resto de sus aliados.

Será a través de él, de su mirada desde donde descubriremos lo terrible de la naturaleza humana. Se convertirá en una víctima de los que ha querido salvar y ahí es donde el héroe cae y queda sólo el humano, sin más utopías a las que aspirar.

Por otro lado, un par de líneas resumen muchas cosas, como ser cuando el dictador pide paciencia y Zapata responde que ellos no comen tortillas de paciencia, sino de maíz. También se remarca el hecho del símbolo: cuando muere saben que hay tipos que muertos son más peligrosos que vivos.

Nido de ratas 1954


La mejor obra de este dúo, sin dudas, llega como una denuncia a la mafia de los sindicatos y de la presión política que ejercen, casi de un tinte mafioso.

La historia pasa entre los muelles y está basado en una serie de artículos que funcionan como pruebas (un estilo “Pandillas de Nueva York”).

Cómo se estructura la mafia, cómo la maneja el sindicato versus la policía, quién tiene poder en qué territorio y cómo se arman de matones e informantes es brillante. Va articulando el thriller encerrando al personaje de Terry (Brando) en donde asciende por momentos y después lo despedazan.

No puede testificar por más que él odia ser un juguete de presión del otro, de haber tenido que perder una pelea de box para que gane dinero. Y comprar su silencio es primordial para los otros.

El universo se hace cada vez más complejo cuando sumamos el cura de la zona, el asesinato, la mujer como punto de discordia y extorsión. El film tiene realmente de todo y está tan bien articulado que nada se te escapa y no podés menos que sentir pena por Terry que no ve que es probable que no salga bien parado de esto.

Tal vez vicia un poco el relato con una idea aleccionadora que no es necesaria, pero uno debe entender el film en el contexto en el que nace y en ese sentido, creo que como tampoco se le puede criticar la inexactitud del relato de Zapata, esto pasa desapercibido, casi.

Pero nada puede negar que esa mezcla de lo ordinario con lo sensible que construye Brando es cautivador todas las veces. Ni hablar cuando lo vemos con ese garfio ensangrentado avanzando hacia la redención espiritual.

Tratemos de evitar las D y D…

1 comentario:

  1. Para mi el mejor Kazan comienza a mediados de los 50, quizás con Un Tranvia... pero sus obras cumbres, según mi gusto, son las que realizó desde esa fecha hasta el final de su carrera, porque creo que hasta el Ülitmo magnate es una gran película. Y que decir de:


    1954: On the Waterfront (Nido de ratas / La ley del silencio)
    1955: East of Eden (Al este del Edén / Al este del paraíso)
    1956: Baby Doll
    1957: A Face in the Crowd (Un rostro en la multitud)
    1960: Wild River (Río salvaje)
    1961: Splendor in the Grass (Esplendor en la hierba)
    1963: America, America
    1969: The Arrangement (El compromiso)
    1972: The Visitors (Los visitantes)
    1976: The Last Tycoon (El último magnate)

    Brando es un monstruo de la pantalla, no tengo más adjetivos que calificarlo, siempre que está él es el centro dentro de esa personalidad arrolladora.

    Saludos
    Roy

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