El cine es un espacio de identificación, de educación, de industria y de arte. Y todo eso, está dentro de este blog.

lunes, 5 de agosto de 2013

Los grandes del cine. Vigésima tercera entrega: Mike Nichols




Mike Nichols nació en Berlín pero desarrolló la mayor parte de su carrera entre el Reino Unido y Estados Unidos. Su paso como director de escena en Broadway fue breve pero no quedó inadvertido y por eso su primer proyecto en 35 mm fue la adaptación de “¿Quién le teme a Virginia Wolf?”

Fue cuatro veces nominado en la categoría de mejor película y es su productor ejecutivo. Con ustedes, una nueva entrega de los Grandes del Cine.

En el 66 arranca su carrera dirigiendo a Elizabeth Taylor en una de sus mejores interpretaciones como Martha, esta mujer que se siente atrapada en una situación que buscó pero nunca deseó realmente. A medida que la noche avanza y ventila los trapos sucios de su matrimonio a sus invitados, teniendo como víctima presente a su marido y soportando cada uno de sus reveses, vamos viendo cómo el alcohol en sangre aumenta y a nosotros se nos hace un nudo en el estómago. La genialidad de Nichols en esta dirección está en transformar el espacio teatral (es una adaptación de la obra homónima), y llenarlo de cámaras subjetivas, de barridos y travellings para sumarte el impacto de cada línea que se dice con la expresión del que lo recibe. Los barridos, además, permiten que la inestabilidad de los personajes quede planteada desde lo visual y el resultado está a la vista.


Al año siguiente dirige a otro clásico. El Graduado, con su gran libro, impecable música y gran elenco también muestra el espíritu de esa época, el impacto del primer amor y de cómo una sociedad aburrida y que niega sus propios instintos, termina destapando los más bajos. Siempre recuerdo esa decadencia de bucear en la pileta, de la cantidad de tragos que circulaban y la valentía de demostrar a una mujer de esa edad como sexualmente activa y sexualmente deseable. Gran película y maravilloso final. 

En 1970 se anima a la adaptación de un cuento antimilitarista llamado “Trampa 22”. El nombre hace alusión a la norma 22 que implica que si el soldado está loco, puede volver del frente. El personaje principal, así, se pasa la película entera tratando de demostrarlo después de haber sido testigo de lo que la guerra hace, por más que lo ve desde el aire. Con una de las mejores escenas del trascurso del tiempo ya en los créditos, esta película presenta una postura sesentista contra las instituciones y está muy dispuesto a declarar que hay varios locos que no se asumen. 

En 1975 filmó The Fortune que fue uno de los peores fracasos de su carrera, por lo cual se tomó unos cuantos años para volver al ruedo como director. Esta vez, en 1986, dirigiría a Jack Nicholson y Meryl Streen en Heart Burns. Sin duda una gran película sobre el desamor, en parte, y en otra sobre la naturaleza. Cuando uno empieza su relación no queriendo un compromiso y después lo tiene, no puede exigir un cambio del otro.


Una de mis actuaciones favoritas de Nicholson como este mujeriego que es como un imán porque nadie es inmune a tanta personalidad, tanta sinceridad y tanto desapego. No hay mujer en el mundo que no fantasee con el inalcanzable y este hombre lo es.

En 1988 dirigiría a Melanie Griffith y Harrison Ford en “Secretaria Ejecutiva”. La película puso de moda la idea del speech del ascensor donde tenés un minuto para vender tu idea y demostrar que sos apto. Como si fuera poco, demuestra a una mujer que se gana el espacio en el trabajo sin anteponer sentimientos ni tomar la salida fácil. Rechaza el matrimonio y la vida chata porque sabe que puede conseguir más…nada, me encanta esta peli, no puedo ser objetiva.


En 1990 dirige a Meryl Streep nuevamente junto a Shirley McLaine. Este duelo de divas tiene lugar en “Postales desde el filo” que se sabe que es la autobiografía de Carrie Fisher. Acá se presenta a una actriz que sale de rehabilitación y le ponen como condición para volver a trabajar, que viva con su madre que tampoco es un pimpollo. El duelo entre dos actrices que luchan por sus egos (inolvidable cuando la hija le dice a la madre que espera que lo haga bien pero nunca tan bien como ella). La película tiene unos delineamientos psicológicos importantes y el guión está muy bien defendido desde lo actoral y Nichols nos muestra su destreza cuando las acorrala en esos magistrales planos medios.

En 1991 vuelve a dirigir a Harrison Ford en “Una segunda oportunidad”. Esta película liviana, que cumple muy bien, nos muestra ese espíritu noventoso en la gran ciudad con el mundo de los negocios y lo que significa estar en la cima en el aspecto laboral y en el piso en el aspecto personal. Como metáfora nada sutil, el personaje principal se vuelve mejor persona cuando pierde la memoria. Eso implica mejor esposo y mejor padre.

En 1994 une a Jack Nicholson y Michelle Pfeiffer en “Lobo”. La película sería apenas correcta si no tuviera como principal a Jack que nació para este tipo de papeles pero si bien cuenta la historia de un hombre lobo, es una excusa para hablar de lo que realmente le importa a Nichols: el poder y el amor trágico. Spader termina siendo este costado amibicioso y se convierte en su ruina.

En 1996 se muda a la comedia (después de haberla abandonado en sus primeros pasos por el fracaso que fue The Fortune) con “La Jaula de las Locas”. Con sus travellings iniciales característicos, Nichols nos lleva a vuelo rasante sobre el nivel del agua hasta meternos en el bar en donde sugestivamente artistas de crossdressing están cantando “We are family”. A partir de esto, empieza esta famosísima comedia de enredos donde los judíos se disfrazan de católicos, los hombres de mujeres y mientras tanto, hasta tratamos de esconder la vajilla provocadora con un poco de sopa. Monumental dirección que agrega mucho color y dinamismo a la historia que ya había visto las tablas muchas veces.


En el 2004 volvería a sorprendernos con Closer. Adaptación de la obra homónima, nos presenta ese costado cínico sobre el amor, el sexo y las relaciones con un elenco que pocas veces he visto mejor que en esta ocasión. Saltos temporales muy bien estructurados y ese mensaje de no conocer nunca a la otra persona que deja un sabor amargo. Sin embargo, nunca dejamos de mirar.

Su última película fue La guerra de Charlie Wilson, donde se mete otra vez en un thriller político, esta vez con Tom Hanks como su actor principal. Con un guion de Aaron Sorkin, nos metemos en este mundo donde los que tejen y planean las guerras, rara vez son los que vemos en el frente.

Como todo guión de Arkin, el avance de la historia y el desarrollo de los personajes recae mucho en los diálogos y si uno no conoce bien el momento o la situación que plantea, muchas veces queda fuera. Pero el resultado final, está a la vista. Mike logra poner su sello en los movimientos de cámara y en cómo va siguiendo a los personajes en esa fiesta. Nada se le escapa a la cámara y escucha todo lo que ellos no quieren que nadie más escuche.

Actualmente está más enfocado en su trabajo como director, pero nunca ha sido alguien de meterse en proyectos solo por trabajar. El hombre los elige con lupa y en el conjunto de su trabajo, queda a la vista.

¿Cuál es su favorita de este director?

2 comentarios:

  1. Hola Pato. Que pasó que me dejaste afuera a Colores Primarios (1998)? Me encanta esa peli de Mike. John Travolta y Kathy Bates están geniales, aunque Emma Thompson no se queda atrás.

    ResponderEliminar
  2. Hola Patricia,yo agregaría Colores Primarios que me gusto en su momento y tendría que reverlo.Saludos!

    ResponderEliminar