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jueves, 22 de agosto de 2013

Los verdaderos camaleones: Leonardo DiCaprio


Fui de esa camada de mujeres que cuando salió Romeo+Julieta esperó pacientemente por la aparición de este hombre en pantalla nuevamente. Por aquel entonces, cualquiera estaba dispuesto a decir que era sólo una cara bonita y cuando noche tras noche llenábamos las butacas para ver Titanic un año después, todos pensaron que su carrera se congelaría ahí no más. Si bien crecí (algo) y maduré (menos), con el paso del tiempo él ha seguido siendo para mí una garantía de un lindo proyecto. Con tan solo 36 películas, Leo puede estar en esta lista seguro hoy y muchos años más porque nadie se atrevería a decir que no se lo merece. 


Oriundo de Los Ángeles, Leo es hijo único y ha estado desde muy chico metido en estudios. Empezó en comerciales y tuvo apariciones en series y en algunas películas con papeles mínimos. Pero todos los relojes se detuvieron por primera vez cuando le hizo frente a Jhonny Depp en pantalla en ¿A quién ama Gilbert Grape? El resto, es historia.

En 1993 interpretó a este chico con capacidades diferentes, mientras su hermano luchaba contra lo que suponía era el destino y la obesidad de su madre. Honestamente, la película tiene muchas situaciones tragicómicas pero no deja de parecerme espantosa la situación. Leonardo, sin embargo, se presenta como este ser vulnerable, con ese rostro angelical que ayuda mucho a la inocencia de su papel. No solo yo lo digo: lo nominaron por primera vez al Óscar por esa peli. Arnie, en los zapatos de DiCaprio es mucho más que un personaje: se ven los tics y la entrega de alguien que quiere llegar a todo por ese mundo.

En 1995 participaría en “Rápida y Mortal” junto a Sharon Stone y Gene Hackman. Western terriblemente olvidable y liviano que quiere tener humor, pero lo único que hace es caer en todos los clichés que pudrieron un gran género. Olvidable en todo sentido.

En 1996 participa junto a Keaton y Streep en “Reencuentro” o “La habitación de Marvin”. Acá es Hank, el hijo mayor de Meryl que fue internado en un psiquiátrico por haber incendiado la casa de su madre. El chico que se muestra como tormentosos y torturado, es en realidad el que está gritando por atención de una madre bastante ausente y que una tía especial puede ver. Es una linda cinta y la interpretación de él sabe estar a la altura de los pesos pesados con los que se encuentra.

Ese mismo año participaría junto a Claire Danes en la maravilla posmoderna de “Romeo+Julieta” según Luhrman. Automáticamente se crearía su propio lugar en el firmamento hollywoodense porque la peli fue un éxito y él, en su combinación de cara de nena y talento, se puso definitivamente en la mira del mundo.


En el 97 haría de Jack Dawson en Titanic. Claro que todo el mundo se reía de él y pensaba que era un mero galancete en esa peli pero hoy (mal que les pese a muchos que la defenestran), es un clásico. Y funciona. Su interpretación es de esos gestos mínimos y ese carisma que hoy ya lo caracteriza. Una vez lo escuché decir que el nivel de fama que le generó Titanic no volverá a alcanzarlo en su vida y que tampoco lo busca. Que hay algo de desesperante en que tu cara esté en todas partes. Pobre, se lo ve mal, saliendo con supermodelos y haciendo los proyectos que más le interesan. Una pena, realmente.

Un año más tarde haría de los gemelos más cuestionados por Alejandro Dumas en “El hombre de la máscara de hierro”. La peli es flojísima y él entiendo que se haya sentido atraído por el hecho de poder interpretar a dos personajes y luego a uno haciendo del otro (lo que termina formando una tercera personalidad), pero deja mucho que desear. 

En el 98 tiene apenas un cameo en Celebrity, de Allen, así que no podríamos hablar de actuación. 

El 2000 nos llevaría de la mano a una playa del golfo donde las cosas se regulan por sí mismas. Una vez leí que el problema del personaje de Richard (DiCaprio) es que intenta ser el tipo de la esquina pero no lo logra porque no tiene una personalidad real. No soy una especialista en psicología, pero me doy cuenta que la película abre tal vez demasiadas aristas argumentales que terminan pasando por encima a los personajes y eso para mí siempre es un error. Uno se relaciona con la persona, no con el hecho.

En el 2001 llegó Don’s Plum que era un proyecto entre amigos y no con interés comercial. Si bien es mirable, no es para nada memorable ni Leo en la piel de Derek, ni la sucesión de hechos que no termina de ser un guión.

En el 2002 trabajó con mi amado tío Steven en “Atrápame si puedes”. Acá se basa en una historia real pero no busca la mímesis con la persona real, sino representar ese ambiente lúdico que pide la película y ese carisma y encanto que te llevan a creer que realmente él podría salirse con la suya cada vez que quisiera.

Ese mismo año se iniciarían sus trabajos de la mano de Scorsese y eso marcaría un hito en su carrera. Pandillas de Nueva York es la adaptación de un ensayo en forma de novela por momentos que se basa en el período de formación de la ciudad de Nueva York en momentos de Guerra de Secesión. Acá hay una historia de venganza, de dominación, una idea de patria y unas vidas efímeras que mucho no valen mientras todo lo demás queda. Me encanta esta película (y eso que no soy fan de Martin) y creo que todo el casting funciona tan bien que es imposible remarcar a uno, pero Leo no desentona como Amsterdam y aguanta a Cameron Díaz para que el espectador no se aburra a los cinco minutos. Nada desdeñable su leal tarea.

En el 2004 estrenaría El Aviador, donde él se pondría en la piel de Howard Hughes. La primera mitad de esta película es realmente inolvidable, con esa personalidad que parece hacer reventar al hombre que la porta, con los pequeños tics y manías y en cómo se va desarrollando en espiral. La segunda mitad cae en picada, pero no por él. sin duda una interpretación memorable.


En el 2006 realmente estaría impecable (su mejor interpretación a mi criterio) en Diamante de Sangre. Aquí sería Danny Archer, un oportunista que ha estado toda su vida como testigo de lo que sucede en un lugar que es tierra de nadie. Todo el mundo habla de África cuando conviene y cuando no, miran al otro costado. Danny quiere irse. Ya cumplió su cuota. Estuvo en el ejército, vio lo que sucede en cada rincón el país, vio a los niños soldados, vio a sus padres ser asesinados crudamente y ya está. Pisará las cabezas que tenga que pisa. El tema es cuando se enamora de una periodista que va a funcionar como espejo de lo que se ha convertido.

El mismo año estará en la cinta Los Infiltrados donde será Billy, el que tiene la obligación de infiltrarse y cómo sus nervios irán en aumento a punto de traicionarlo todo el tiempo. No es fácil estar en el corazón de la mafia y mucho menos desentrañar quién es la rata. Cada vez más encerrado, el personaje estará a punto de reventar el 90% del film. Y uno ve esa tensión. Ve que en cualquier momento esa presión va a ocasionar un reguero de sangre. Y todo lo que promete, pasa.

Dos años más tarde volvería a encontrarse en pantalla con Kate Winslet en “Revolutionary Road”. En este caso interpretaría a Frank. Sé que todos estaban fascinados con la interpretación de ella, que busca desesperadamente la pasión en la que se reconocía y no este letargo en el que se siente atrapada, pero la verdad es que creo que las bases sobre las que ella se luce, las crea él. Pasando de ser el esposo desesperado porque su mujer sea feliz y se sube a sus ilusiones de volver a empezar, así como cae en el abismo del suburbio sin escalas. Una de sus interpretaciones más desgarradoras y que me parece que plantea terrenos menos radicales y más cercanos que el de ella. 

El mismo año lo encontraría con Ridley Scott y Russel Crowe en Red de Mentiras. Honestamente, esperaba mucho de esta cinta pero apenas cumple la media. El personaje de Leonardo cae en todos esos clichés de enamorarse de la chica, perderse, que lo dejen solo los gordos burocráticos del gobierno. Lo de siempre. Gusto a menos, nada nuevo.


En el 2010 se sumaría a uno de los mejores proyectos de la última década con “El Origen”, de Christopher Nolan. Aquí, para variar, Nolan cuenta su tema del duelo y la pérdida de la mujer pero a la manera de una sombra. De repente Cobb tiene que orquestar originar una idea en un sueño, el equipo que diseñe la estrategia y el laberinto mental por el que tienen que pasar, mientras es el protagonista y el villano al mismo tiempo porque lo que vemos de su mujer es la proyección de su culpa. Un guiño al espectador al estilo Citizen Kane al final terminan de mostrar esta maravillosa historia con buenas interpretaciones en general. Se presentó un casting sólido y un guión que destaca. Sí, amo esta peli.

El mismo año se mete en otro proyecto con Martin en Shutter Island. Maravillosa ambientación pero la película tiene un desenalce flojísimo y el personaje de Teddy (Leo) que estaba bien armado como este policía que investiga el psiquiátrico, después termina agarrando pastillas del mismo sospechoso…es realmente cualquier cosa. 

El 2011 tampoco fue su mejor año. Clint me encanta como director y actor, pero esto no fue lo que falló, sino el guión en J Edgar. Ahí donde iba a ver la historia del tipo más poderoso del mundo por 50 años, terminé viendo sus secretos de alcoba que eran poco interesantes, con escenas de un travestismo con complejo de Edipo que no venía al caso ni era lo más jugoso. Él cumple, el maquillaje está bien, pero el guión es un desastre. 

En el 2012 fue convocado por el gran señor T para Django Desencadenado para hacer de Calvin. Cuenta la leyenda que Quentin quería a alguien más viejo, pero que le llamó la atención la perspectiva de Leo y no pudo decirle que no. La construcción es maravillosa: lo vemos como este niño malcriado rico y sobreprotegido, que es manejado por un ex esclavo con mucha mala leche y que tiene una violencia contenida que todos esperamos que reviente al punto de aguantar la respiración en el noventa por ciento de sus escenas. Un chico que se va haciendo rulitos en el pelo cuando se baja del carruaje, al mejor estilo femenino y que hasta sugiere un incesto con la hermana. Impecable. De sus mejores interpretaciones.


Un año más tarde llega Gatbsy. Cuando escuché que iba a volver a trabajar con Baz y en este proyecto, automáticamente pensé que él era la persona para hacer ese papel, sin dudas. Y no me decepcionó. Con los modales del perfecto caballero, la estampa y el carisma que lo caracterizan junto a esa apariencia vulnerable que necesita el personaje. Me encantó su interpretación y creo que la versión de la película es memorable. Sobre todo por estética, ambiente y vestuario que es para que uno chorree baba sin problemas.

Acaba de completar su quinto proyecto con Scorsese “The Wolf of Wall Street” en la que el trailer ya muestra lo mucho que queda esperar de su Jordan Belfort.

Así es como Leo ha pasado de cara bonita a una garantía de una buena actuación. ¿Qué piensan de este actor? 

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