El cine es un espacio de identificación, de educación, de industria y de arte. Y todo eso, está dentro de este blog.

lunes, 20 de enero de 2014

Los grandes del cine. Vigésima Cuarta Entrega: Ron Howard




Dicen que todos copiamos los patrones que conocemos, y Ron lo hizo. Hijo de una actriz y un director, escritor y actor, sus pasos en la industria del cine estaban, casi les diría, predestinados. Si bien estudió cine en la Universidad del Sur de California pero no llegó a terminarlos. Con ustedes llega un actor y director que todos recordamos más por el segundo “titulo” y que sigue dándonos grandes historias y grandes momentos, como todo grande del cine. 

Si bien sus primeros pasos fueron en el terreno de actuación, este post hará un recorrido sobre las que considero sus películas más significativas en dirección. Claro que no están todas pero son bienvenidos los comentarios sugiriendo por qué debería estar alguna que no está 

Después de algunos intentos televisivos, un par de cortos y mucha fe, logró dirigir su primera película cinematográfica en 1977. Grand Theft Auto es una peli debut apenas correcta donde ya logran verse sus dotes para la comedia. 

Recién en 1982 volvería a tener la oportunidad con Night shift donde un relativo éxito lo dejó mejor parado y tuvo la posibilidad de dirigir a Michael Keaton que era uno de los favoritos de la época (no me pregunten por qué). Luego de su colaboración con Brian Grazer que fue guionista y productor de la peli, fundaron su productora: Imagine.


En 1982 nos hizo creer en sirenas cuando dirigió “Splash”. La lógica era que si se secaba su cola de pescado, ella tenía piernas, pero nuestra querida Daryl quería conocer cómo vivíamos en la Tierra así que su inexperiencia y su curiosidad terminan generando una comedia romántica de enredos a la orden del día. Siempre con ese costado romántico, la sirena intenta mezclarse en la fauna de Manhattan y todo va bien hasta que la obsesión de un científico pone todo en peligro. El film fue uno de los primeros éxitos de Tom Hanks en la taquilla. Sin esta peli es probable que mucho de lo que pasó después con él no hubiera llegado.

Un año más tarde hizo una de mis favoritas de su filmografía. Cocoon era la historia de unos aliens que vivían en unas piletas de un asilo para ancianos quienes, al meterse en ella, recuperaban fuerza y salud y, de a poco, se volvían más jóvenes. La película logra mantener el ambiente de comedia y aventura sin que la fuerza alienígena sea rechazada y, al final, siempre los peores somos los humanos. Una tierna historia que la debemos haber visto (solo por cable) un millón de veces.

En 1988 George Lucas produjo uno de sus films llamado “Willow”. Su costado de aventuras había sido exitoso en Cocoon y aquí se explotó una vez más. El film cuenta la historia de un mundo en el que la magia es moneda corriente y una beba está a punto de ser asesinada culpa de una profesía. Cuando logran salvarla, su guardián es Willow, la persona menos pensada pero la más mágicamente efectiva. Los escenarios y el ambiente fantásticos son memorables. Una peli para disfrutar sin tapujos.

En 1992 llegaba “Un Horizonte Lejano” de cuando Cruise y Kidman eran pareja, y de las pelis románticas más inverosímiles y divertidas que recuerdo. En este caso, Howard logra explotar el carisma de Cruise y la belleza fría de Kidman para esta historia de la típica princesa en apuros que se enamora del más revoltoso de los irlandeses mientras ambos buscaban llamar propio a un lugar. Algo de historia vaga de trasfondo terminan de darle forma. 


En 1995 sería el responsable de la archi famosa “Apollo XIII” que una vez más lo uniría con Hanks. Es una epopeya espacial de libro, en donde nada queda a la deriva y transmite una tensión impresionante. El grupo que va, queda ileso, como corresponde al final feliz de este discípulo del nuevo cine americano, pero queda grabada en nuestra memoria como uno de los viajes espaciales más recordados. Y nadie quiere ser parte de este Apollo.

En 1996 dirige a Mel Gibson y Renee Russo en “Rescate” para ver la historia de un matrimonio multimillonario y cómo secuestran a su único hijo. Es un thriller manejado con maestría, donde las pocas capacidades actorales de Gibson sirven para mostrar su espanto y estado catatónico por encontrarse en una situación impensada, la música siempre a pedido de mano para crear esos momentos exasperantes, y esa utilización del blanco y negro cuando se enfrenta a la naturaleza más pura dentro de sí mismo demuestran los dotes de Howard más que como director, como explorador de la raza humana.


Sería en el 2001 cuando la Academia finalmente lo reconociera con un Óscar con “Una mente brillante”, film que explora la lucha de Johnny Nash contra la esquizofrenia. La composición del film, durante los años mozos cuando nada parece anormal, hasta ir tejiendo las relaciones con el supuesto FBI y los lapsos de lucidez, empiezan a ser cada vez más dramáticos y violentos para el personaje, sobre todo cuando tiene que encontrarse cara a cara con las consecuencias que esto le generan con su mujer. Una película memorable, con una dirección que va a lo profundo de la mente del personaje sin juzgarlo, y hasta compadeciéndose de él por momentos.


En el 2005 volvería a unirse con Russell Crowe en “Cinderella Man”. Esta vez la dupla nos llevaría a otra lucha un poco más romántica en donde tiene que recuperar su carrera para poder recuperar su vida en un momento en el que la economía no parece estar de su lado. En este caso, y porque la historia lo amerita, los personajes llevan la historia por sobre la dirección. Y el resultado es bueno. Es de un gran director saber cuándo relegarse porque la historia lo pide.

En el 2006 dirige la adaptación del bestseller de Dan Brown, “El código Da Vinci”, una vez más con Tom Hanks. La verdad es que el libro no vale mucho, y con eso, la peli menos aún. Por más que la novela tenía un ritmo cinematográfico, la maraña de datos hizo que el guión fuera pesado y no llegábamos a tener el dinamismo esperado. Pero la dirección hizo uso y abuso de las locaciones, mostrándonos las entrañas del Louvre y las calles de París como si nada. Dentro de un guión soso, logramos hacer que la película sea más o menos rescatable.

En el 2008 conseguiría una nueva nominación al Óscar, pero en el rubro de producción por la enorme “Frost/Nixon”. Honestamente, es de mis favoritas de su carrera, donde toma un guión pesadísimo pero crea esa intriga política enorme para hacer caer a un genio de la oratoria frente a cámaras y creando los personajes en cada cuadro. Sin necesidad de golpes bajos ni de subrayar nada, nos presenta a quienes llevan el peso de la historia con mucho aplomo, para que Frost se convierta ante nosotros de un presentador medio pelo a un entrevistador que entiende que ese rostro de derrota merece más segundos de aire. Enorme película y una de las mejores direcciones de Ron, a mi criterio.

2009 fue el año que volvió a llevarlo al mundo de Dan Brown con “Ángeles y demonios”. Si bien el resultado fue superior a “el código Da Vinci”, la película abusa un poco de la imagen por sobre la sugerencia del crimen y el castigo. Ahí donde las piscologías se presentan tan obvias que no logramos ni sorprendernos cuando giran en una u en otra dirección, nos hace pedir imágenes para distraernos. Eso cumple, pero no deja de ser una linda forma de ver El Vaticano por sobre cualquier otra cosa.


Este año pasado, el 2013, lo volvió a llevar al gran podio con “Rush”, película que fue injustamente ignorada por la Academia en esta premiación pero que su dirección fue realmente impresionante, sabiendo cuándo usar imágenes de archivo, cuándo mezclarlas con la ficción y donde cada cámara subjetiva desde dentro del auto nos llenaba de adrenalina. Howard llevó con maestría este guión episódico, es decir, que trata sólo de un momento en la vida de ambos pero no intenta profundizar en psicologías y que quiere convertirse, de alguna manera, en un homenaje de un grande a otro. No se la pierdan.

Todavía por estrenar tendremos al documental “Made in América” sobre la organización que encabeza Jay Z del festival de música del mismo nombre auspiciado por Budweiser. En el 2015 se espera que se estrene el film que acaba de terminar parte de su rodaje “In the heart of the sea”, otra vez con Chris Hemsworth a la cabeza del elenco y que es la historia de por qué uno nunca debe hacer enojar a una ballena en 1820, cuando estás a kilómetros de casa y te deja varado en medio del mar. Por último, está en negociaciones para dirigir The Graveyardbook, que es la historia de un huérfano adoptado por los cuidadores del cementerio y que recrearía un ambiente similar al de Coraline y su puerta secreta.

¿Qué piensan de este director? ¿Cuál es su film favorito de su filmografía?

2 comentarios:

  1. Patricia, como ud y yo sabemos los colorados son seres mitológicos que vaya a saber porque razón se materializaron en la tierra dejando atrás criaturas mas interesantes y menos polémicas como los unicornios.
    Por esta razón es que la carrera de este muchacho es a mi gusto bastante dispar, con mas pedorradas que grandes logros...entre estos últimos destaco entre mis favoritas a Cocoon, Frost/Nixon y la maravillosa (?) (ojo no la veo hace mas de 20 años, capaz q perdió onda) Willow, donde el protagonista no solo era enano sino que también era COLORADO!! ahora entendemos el quid de todas sus penurias!
    Debo Rush, así que el veredicto final para Ronnie esta en suspenso

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    1. Mientras la vida de Ronnie pende de un hilo, debo confesar que por más que ha tenido sus altos y sus bajos, es un gran director. De hecho, hace parecer interesantes historias bastante chatas. Lo bancamos mucho.

      Claro, los colorados son especiales...una de las grandes frustraciones de mi vida es no ser una. No me quedará otra que convertirme en unicornio.

      Un beso grande y qué lindo leerte de nuevo por acá

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