El cine es un espacio de identificación, de educación, de industria y de arte. Y todo eso, está dentro de este blog.

viernes, 14 de febrero de 2014

Historias de Buenos Aires 12: No todos queremos vivir en un musical


La vida con los anteojos del cinéfilo, siempre se relaciona con una película. Hay veces en las que la gente me cuenta un problema, una historia, una anécdota y pienso (o digo) "como le pasa a fulanito en tal película...". Mientras el resto de los mortales me mira como si tuviera graves problemas de delirio, intento explicar que el cine es parte de mí, que no lo hago por desamorada o evasiva, sino que esos personajes a los que puse "play" hasta el infinito, son tan "reales" como muchos amigos. El problema es cuando uno tiene amigos que merecen ser también ficción.

Ella no lo sabe, pero muchas veces, cuando estamos hablando, anoto sus frases porque tiene una frescura para expresarse que pienso que es una genialidad y que, amén de robarle algún que otro chiste, sería un gran personaje. Condimenta las historias por sí sola. 


El tema es así: en determinado momento vivía con un frustrado. Y era un frustrado de profesión: le gustaría ser músico pero no tenía tiempo, le encantaría estudiar medicina pero eran muchos años, le encantaría estar bien económicamente pero su trabajo era una basura. En este baile de "siempre falta cinco para el peso", este personaje que es mi amiga (dicho sea de paso, pura pasión, que le da lo mismo lo material porque de alguna manera llega) de rehén tratando de revertir contra el peso muerto.

Cuando relataba la etapa final insoportable de la convivencia, era realmente para desmayarse de risa. Por ejemplo, pasamos de "él siempre soñó con tocar la guitarra (con suspiro y cara de amor)" a "Lo único que hace con esa guitarra es afinarla. Imaginate despertarte de la siesta con el tarán, tarán, tarán (tarereando misma nota, un tono más arriba) y yo abro la puerta y le grito: ¡Tocate un tema, por lo menos!"


Esto automáticamente me lleva a pensar en el personaje de Dewey en Escuela de Rock. El músico frustrado que no se resigna a que se pasó el cuarto de hora. Está bien, él encuentra su lugar en el mundo, pero entre chicos. El mundo adulto lo expulsó hasta que encontró dónde canalizar eso. Pero nadie quiere ser vecino de Dewey, ni les digo convivir con él.

¿Qué músico barrial o familiar necesitan silenciar? ¿Qué piensan de esta película? Buen fin de semana para todos...y de nada por cortar el empalagamiento cercano a la diabetes de San Valentín.

1 comentario:

  1. Hola Patricia,por suerte no tengo vecinos ni familiares para silenciar.Son bastante buenos músicos por estos lares y hay uno que es bien Mark Wahlberg,onda Rock Star.En cuanto a San Valentin,dejemoslo tranquilo y disfrutemos del amor los 365 días del año.Saludos

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