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domingo, 15 de marzo de 2015

Lunes de sagas presenta: Rocky



Rocky inicialmente se iba a llamar “Resurrección”, o al menos así lo presento Sly cuando entregó el primer borrador en MGM. No sé si fue una resurrección, pero sí fue una oportunidad y la muestra de la tenacidad que puede tener Stallone, al que muchos tildan de mal actor o de tipo tosco pero que tuvo el buen tino de conocerse e inventarse.

Con ustedes, una de mis sagas favoritas, la emocionante y tierna Rocky.

Rocky I



Dirigida por John G. Avildsen, el mismo director de Karate Kid, esta es una de las historias más inspiradoras en su estilo, donde un matón de la mafia y un boxeador frustrado encuentra en el deporte una redención, una forma de salir de su espantosa vida y ser algo, ser alguien, lograr un objetivo, que va más allá del exitismo del resultado.

Una de las cosas que más me gusta de esta historia es la síntesis que logra para presentar al personaje y a su entorno: Rocky gana una pelea de poca monta al inicio, pero termina quedándose con poquísimo dinero, sale de ahí y se prende un cigarrillo (no es la imagen del mejor deportista) y su contrincante está tomando una cerveza. Claro que ese tipo está poco motivado y piensa poco de sí mismo: está en el peor lugar posible.

El barrio no es un entorno amigable tampoco y él es un tipo tímido con las mujeres y de pocas relaciones. Ensaya qué decir frente al espejo, sabe que no es el tipo más brillante. Lo máximo que tiene es corazón.


Otra cosa que es interesante es que siempre lo presentan en ese barrio bajo cual ghetto italiano en el que claro que él se presenta con sobrenombre tano, hay un crucifijo en su cuarto y trabaja para la mafia. Casi de manual, ¿No? Pero lo interesante es cómo lo mantiene sumando matices y sin traicionar jamás al personaje. Tampoco intenta acercarse a la despampanante estrella del lugar, sino alguien tan fiel e insignificante como él. 

Por otro lado, suma un entorno diferente en el cine: Philadelphia aparece como una estrella más, ya sin ser Nueva York o San Francisco, lo cual suma otro matiz interesante. 

Si todo lo otro no te compró, de la indumentaria, el hombre de pocas palabras y la escala social, el final te emociona hasta las lágrimas: pocos triunfos son más importantes que el reconocimiento del público.



Rocky II


En esta oportunidad ya le dieron las riendas a Stallone (después de todo la primera se había alzado con tres Óscars como ser mejor película, mejor director y mejor edición), lo que demostró que este tipo tuvo su redención a través de Rocky. Su oportunidad, finalmente.

Lo interesante de esta secuela es que te demuestra que, como sigue siendo el mismo tipo de siempre, la verdad es que no está acostumbrado a tener plata ni sabe cómo invertirla. Quiere darle lo mejor a su esposa, pero están en cada ocasión en el mismo lugar que antes. La misa de casamiento es en italiano, Gazzo vuelve a invitarlo a la mafia. Sólo queda en él pensar si quiere volver o no a la vida de antes, si es que su propio logro funcionó o no.

Como siempre, su única opción es pelear su salida contra el rival que en la primera entrega le ganó sólo por puntos. Un boxeador cruza con showman y provocador que no quiere perder su status social. Será volver a encontrarse con Mickey, con sus escaleras, cambiar su mano derecha por la izquierda y contra sí mismo. 



Rocky III


El querido Rocky es un romántico antes que todo lo demás. Fue protegido por su entrenador para no arreglar peleas que puedan herirlo gravemente y cuando llega un retador que lo presentan como un sanguinario, la vida de Mickey por el stress y por temer por su entrenado, lo deja detrás, muriendo en el mismo vestuario donde Rocky peleaba. Con esto, nuestro romántico termina perdiendo el foco. 

Aquí se ve que en eso de perder el foco, se concentra un poco en la plata y en el circo de todo lo que vende su imagen y eso hace que pierda sus capacidades. Apollo, retirado, asume el rol de Mickey demostrando que hay cierto orgullo en su camaradería también: siempre es mejor que te haya derrotado el mejor que un fanfeta sanguinario que no entiende del deporte. 

Es probable que además de que esta fue la primera vez en que la canción de Survivor “Eye of the Tiger” apareció, lo próximo que recuerdes sea el entrenamiento de Apollo. Es que no importa cuántos films pasen, Rocky no puede dejar el ring como le gustaría ni puede luchar contra la gravedad que no importa cuánto suba, siempre está a pasitos del barrio nuevamente.

Rocky IV


La Guerra Fría hizo bastante por esta película en la que un ruso iba a disputar el título de Campeón del Mundo a Rocky. La película se estrenó un año más tarde de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, cuando Rusia declaró que no iban a participar porque no podían garantizar la seguridad de sus atletas, luego de que Estados Unidos hizo un boicot para los juegos de Moscú de 1980. Este contexto hacía muy inevitable que llegara esta pelea.

Lo que resulta un poco ridículo es que prácticamente presentan a Iván Drago como un experimento frío, calculador y sin lazos reales con el resto. Casi les diría que es más parecido a una historia de Mengele que a un ruso, pero en la lógica del cine americano, se entiende por cómo conciben al mundo. 

Como la síntesis de personaje que no se traiciona es una de las mejores constantes de esta saga, Rocky demuestra ser el mismo porque si bien en su garaje hay un Ferrari y un Lamborghini (ambos italianos, claro está), es él mismo quien los lava, no es que tiene personal a disposición ahora que está en la cima del mundo. 


Otra vez, la motivación para pelear es personal: pierde a Apollo en los guantes de Ivan Drago y va esta vez a Rusia dando que alegaban lo mismo que dijeron para no ir a los Juegos Olímpicos. 

En esta entrega la influencia de los 80s es muy notoria: uso excesivo del zoom como movimiento de cámara y el montaje ruso en donde se suceden, por poner un ejemplo, tomas de Rocky manejando de noche a media luz con recuerdos de Apollo y de Ivan, buscando su propia venganza. Por otro lado también está presente el Split screen y la superposición de imágenes de los que eran tan fans en ese momento.

La lógica final termina siendo máquina versus corazón, la frialdad contra la capacidad de Rocky de dar un poco más de sí mismo para llegar a la meta.

Rocky V


En esta entrega que es dirigida por Stallone como las anteriores, se nota la mano de Avildsen en el montaje, ganando personalidad y una identidad tan similar a la primera que es una vuelta a las raíces. Romántica y necesaria y probablemente de mis favoritas de la saga, por más que no es de las favoritas del resto. 

Por una traición del contador, pierden todo. El poder, firmado por el hermano de Adrian no conlleva demasiado problema de parte de él. Entiende que fue una traición, busca la forma de salir adelante y se siente apenado porque ella y su hijo no puedan tener todo lo que él cree que merecen, pero tiene que ver con su perfil altruista. 

Otro problema: ya tiene un daño irreversible después de la pelea con Drago, con lo cual se relega a las sombras de entrenar a un chico que termina acogiendo con todo el afecto que él recibió de Mickey en su momento. 


Algunas cuestiones que son valiosas: se recupera la estética de la primera entrega, de hecho él vuelve a usar su sombrero con su tapado de cuero, Adrian vuelve a la tienda de mascotas y su hijo tiene que lidiar con el barrio, con todo lo que él preferiría que no tenga que lidiar.

El resultado final llega en el único verdadero ring en el que siempre luchó él: la calle. 

Rocky Balboa


30 años después de la primera entrega, llegan para contarte qué fue de él. Ahora que ya no tiene a Adrian y ya no tiene al boxeo, Rocky vive de recuerdos. Tiene el restaurant más tano fuera de Italia (el que no reconozca un guiño a Raging Bull es porque no la vio), donde cuenta sus historias de peleas y tiene su pequeño altar personal.

El nuevo campeón de peso pesado no tiene la popularidad que alcanzara él antes. Si a esto sumamos que Rocky ni siquiera cuenta con una relación cercana con su hijo y que siente que vive atascado en recuerdos que no van a volver, el llamado del ring es una nueva oportunidad de existir, de lograr algo. Demasiado irresistible para la personalidad de nuestro querido personaje principal. 


Claro, una pelea de exhibición es la respuesta. Primero para que el nuevo campeón se gane el respeto de la gente y para Balboa para sentir las nuevas glorias por última vez. Todo esto gestado por los crueles promotores del deporte y por un software que armó la lucha hipotética entre ambos deportistas.

Para cerrar la idea de saga, no sólo el final recuerda mucho a la primera entrega, sino que además en la escena de créditos finales, como homenaje, varios fans corren escaleras arriba al ritmo de “Gonna fly now”. Una punzada de nostalgia al decir adiós a un maravilloso personaje. 

Constantes


  • A partir de la segunda entrega se inicia con letras que corren de derecha a izquierda con el nombre del film haciendo un resumen de la vida del personaje en el ring. Suele ser de la pelea de la peli previa, excepto en la sexta porque Balboa está retirado hace muchos años.
  • Adrian no quiere que pelee y no lo apoya. Cuando ella entiende que él tiene que hacerlo, él finalmente encuentra la motivación. A falta de Adrian, bueno es su hijo en la última.
  • El entrenamiento antes de la pelea siempre implica escalar: pueden ser las escaleras o la montaña en el caso de la cuarta.
  • El retador aparece en público y es provocador en extremo. 
  • A partir de la tercera entrega, su motivación es haber perdido a alguien: Mickey, Apollo, a su hijo (simbólicamente porque después lo recupera) y Adrian.
  • El boxeador que subestima a su oponente es el perdedor: Apollo, Lang, Drago, Gunn y Dixon (nótese que no necesariamente es a Rocky a quien subestiman)
  • Como la pelea se gana con el corazón y no con los músculos, siempre es él quien resiste más veces en el ring.

Las mejores entregas (para mí, claro)


  1. Rocky
  2. Rocky V
  3. Rocky II
  4. Rocky III
  5. Rocky IV
  6. Rocky Balboa

¿Cuál es la mejor entrega para ustedes? 

2 comentarios:

  1. tremenda saga, quien no ha visto al menos las 4 primeras. Me quedo con la 2 por la emotividad de ser primera vez campeón y donde suena mejor la bso.

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    1. Tremenda saga y, sobre todo, el poder de inventarse a sí mismo. Ahí donde Arnold tuvo que esperar que su hada madrina llegara en forma de Cameron, la verdad es que Sly se buscó su hueco y lo ganó a sangre sudor y lágrimas. Hizo el entrenamiento, escribió el guión, para la primera entrega todos los extras eran familiares de él y hasta su perro estaba en el film. Es la definición de la garra, de buscarse su propia vida.

      Dicho sea de paso, si no leíste su novela "Paradise Alley", deberías.

      Beso enorme

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