El cine es un espacio de identificación, de educación, de industria y de arte. Y todo eso, está dentro de este blog.

sábado, 9 de enero de 2016

Psicosis, de Alfred Hitchcock


Hitch era el maestro del suspenso, pero siempre lo consideré un maestro del cine donde cada pieza enganchaba y nada que se decía era fortuito. Hitchcock era capaz de seguir el manual de cómo hacer un guión o cómo hacer una película sin que el efecto sea distinto y el espectador responde siempre a esto sin problemas.

Esta película se aleja temporalmente de muchas de sus más renombradas películas, pero también es una bisagra en su carrera. Psicosis ha sido el mayor éxito de su carrera y demostraron sus dotes no sólo como un gran director sino como un gran promotor, sacando de circulación la novela en la que basó la película y creando expectativa no sólo con la cola, sino dejando expresamente en plena vereda un espacio para la cola exclusiva bajo en cartel de la película para que la gente tuviera muy en claro qué iban a ver todos. Si, además, sumamos que siempre vendía sus películas como propias, se presentaba como un gran narrador y hacia ruido con sus cameos, el tipo era un genio de la industria. Y no por decir industria, podemos decir que su cine es menos valioso.


Psicosis está basada en la novela homónima que se inspiró en el caso de Ed Gein, quien se supone que es inspiración para los más famosos asesinos del cine. Como el manualcito que implica, a los treinta minutos tenemos el primer punto de quiebre del guión y es con esa maravillosa y famosa secuencia del asesinato en la ducha. Nada más loco que presenciar el asesinato de la que creíamos que era la protagonista.

Con actuaciones memorables, sobre todo en el caso de Anthony Perkins como este solitario y extraño trabajador de un motel que siempre parece tan frágil y vulnerable bajo la tutela de una madre sobreprotectora tenemos a este asfixiante hotel en la ruta, la película queda grabada en nuestra memoria porque trama y subtrama presentan lo más perverso de la mente humana pero en una fragilidad tan grande que estamos dispuestos a tenerle pena. 


Uno de los primeros travestis del cine y que ha pasado a la historia sin dudas. También es la base del subgénero slasher. Una película que pueden pasar años miles pero que nunca nos dejará inmune, porque amén de su peso histórico, se ha ganado funcionar como un reloj suizo.


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