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domingo, 30 de noviembre de 2014

Lunes de Sagas Presenta: Misión Imposible


Desde que nos encontramos frente a frente con Ethan Hunt 30 años más tarde de su debut en la pantalla chica, algo se conectó directamente con toda esa mística de Bond, de espionaje y del mundo al que no puede acceder cualquiera. Los 90s fueron la década dorada de Estados Unidos como la superpotencia mundial y todas las secuelas de la Guerra Fría estaban ahí para meternos en esos laberintos de apariencias, de habilidades físicas y mucho más intelectuales de quién ganaba a quién.

Cuatro entregas ya se presentaron de esta saga y se está cocinando la quinta. Aquí, la autopsia de esta saga para este post.

Misión: Imposible (1996)


Brian De Palma se cargó al hombro esta primera irrupción de Hunt en pantalla grande, presentando no solo la lógica de la familia de agentes con la suficiente familiaridad y confianza como para trabajar en conjunto aún en las situaciones más complicadas sino la más maravillosa de todas para el juego de espías: la amenaza interna.

Cuando ya los conocemos operando en Kiev, vemos el riesgo que está siempre dispuestos a tomar, con la adrenalina a flor de piel y los infinitos recursos. El contacto es el líder y Hunt su mano derecha. 

Amén del argumento, que muchos ya conocen y no tiene sentido establecer en el post, De Palma hace gala de sus maravillosos ángulos picados y contrapicados para enrarecer la escena y crear mayor suspenso (el supino cuando Hunt escucha de labios de su superior que es considerado traidor es inolvidable) y el impecable uso de cámara subjetiva gracias a los anteojos con cámara en el puente que nos lleva directamente al corazón de la acción y al juego de la misión. Sumando a esta gala de la "vieja escuela" Brian usa flashbacks sonoros constantemente uniendo la imagen con lo que el personaje recuerda y funciona con un dinamismo mayor y menos masticado para el espectador. 

Por otro lado, el juego de la simetría en la historia es muy interesante ya que no sólo mantiene el destino que se pide en este género de la mujer fatal (la conocemos a punto de morirse porque lleva mucho tiempo inconsciente y termina muerta) y porque el rol de Jim en el avión al final del film lo ocupa Ethan. 

Claro que cuando uno la ve actualmente un poco de risa nostálgica le llega con el uso del disquete y de la cinta de video en el avión para ver el film, pero la cinematografía, el ritmo y el argumento nos traen de nuevo a un cine puro y duro de estructura clásica y mucho espionaje.

Misión: Imposible 2 (2000)


Lo bueno de todo tanque, es que la industria siempre está dispuesta a convertirla en secuela. Esta paupérrima entrega, cuyo único elemento remarcable era la canción de Metallica para el film, nos presenta al personaje de nuevo en el campo, otra vez empezando con una relación directa con unos rusos, para no irnos de la línea clásica del cine de espionaje.

En este caso, el personaje empieza fracasando pero es una buena elección considerando que lo conocemos y sabemos de qué es capaz, el problema es cuando tenemos un villano que se cae a pedazos en cuanto a motivación y a qué se dedica. Que se trata del tráfico de información, de armas, de lo que se te ocurra, pero lo interesante era lo que se pudría dentro de la misma organización que acá se pierde. Simplemente es la amenaza de una guerra química para hacerse millonarios vendiendo el virus y el antivirus. 

John Woo estuvo a cargo de esta película y considerando trabajos previos como "Código flecha rota" o "Contracara" daba tener esperanzas en su postura, pero el guión era tan soso que no le quedó nada por defender. Plagada de planos cerrados o directamente panorámicos, crea una sensación de encierro y paranoia que están muy bien pero los personajes son tan acartonados y estamos simplemente persiguiendo a un mega delincuente que todo el plot se acerca más a "Rápido y Furioso" que a un planteo de espías. 

La simetría, para colmo de llanura de chatezas, es la idea de "que si avisara a dónde va, no serían vacaciones". Sep, Tom salva al mundo.

Misión: Imposible 3 (2006)


Acá toma las riendas nada más y nada menos que JJ Abrams. En este caso, vuelve el encanto de la primera entrega con una buena dosis de acción y de estructuras laberínticas de engaños, mentiras, mucho correr y más balas. En esta entrega Hunt ya no trabaja en el campo sino que entrena agentes. Pero cuando todo está en jaque, un amigo de la agencia para la que trabaja lo lleva de nuevo a la práctica. 

La idea es mostrar a un Hunt más maduro e intentando conectarse con su vida previa y alejarse de las balas, computadoras y anteojos con cámaras (sin mencionar a las máscaras), pero es esa vida la que lo llama cuando no queda nadie más para hacer el trabajo sucio. La idea de casarse y de una vida normal no puede ni pensarse para un espía, pero él se va a atrever a hacerlo. 

Lo más interesante acá es que volvemos a la estructura de la primera entrega: tenemos una rata dentro, un villano muy extremo, tenemos la simetría que pide cada historia y la secuencia de títulos vuelve a ser la mecha quemándose al ritmo del tema principal. 

El juego que trae JJ es el de empezar a la mitad del relato, para presentarnos luego milimétricamente los hechos según el manual del cine clásico (como ya había hecho De Palma) con el primer punto de quiebre casi en los 30 minutos del film y un tiempo psicológico con dilataciones y juegos de planos sonoros con profundidad que por momentos se transforma en subjetiva. A esto, su toque geek que hace que nos encontremos frente a un fan crónico: el making of de las máscaras y la fusión entre una cara y la aparición de la otra. 

La simetría acá, entonces, es una cuestión temporal: volvemos al rescate para volver, como al inicio, a vivir felices para siempre.

Misión Imposible: Protocolo Fantasma (2011)


En este caso la agencia está en jaque por un terrorista muy inteligente (porque aparentemente no hay gente boba en estas películas) y con eso le ofrecen la salida a Hunt, pero él en su gataflorismo permanente, elige no.

Respondiendo a la idea de crisis, por ejemplo, el habitual equipo de 4 se ve reducido a 3 con un accidentado cuarto que termina ayudando muy a su pesar y con información torpe respecto al bache entre la 3 y la 4ta.

Ésta recupera todos los vicios de la segunda entrega: desde el corte de pelo de Tom Cruise hasta el hecho de que sea un villano sin un aparente motivo más fuerte que estar un poco loco y tener acceso a armas nucleares. Por otro lado, tiene algunos homenajes interesantes a las otras entregas: el plano cenital cuando está a punto de colgarse del edificio y que se agarre justo con un brazo como en la escena del Gran Cañón en la segunda o Renner colgado con el ventilador como se quedara él sobre la computadora con la lista NOC en la primera.

La simetría se recupera sólo por la aparición de Luther al final ya que tiene una lógica dentro de la saga y ahí queda. Brad Bird tuvo que haberse quedado en la animación...Y haber pulido el guión.

Constantes:


  • El uso de máscaras. Nuestros chicos asumen muchas personalidades para entender lo que está sucediendo.
  • Cálculo y planeamiento minucioso de la misión (en la tercera usan algo tan ridículo como el hecho de que él se ponga a resolver logaritmos que puedan determinar el éxito de la misión) que claramente no funciona a la mitad y todo termina manejándose a partir del instinto de los personajes.
  • Rasgos del género de cine de espías: códigos, tecnología de punt, pasaportes, dinero escondido, dispositivos de rastreo, el personaje que aparentemente se murió y después no, interrogatorios y demás.
  • Las mujeres sólo los meten en problemas. No importa cuán buenas sean, cuán intrépidas o cuán entrenadas, siempre toman la decisión que no deben y terminan complicando el escenario.

  • Los malvados rusos: la primera entrega empieza en Kiev, el científico de la segunda es ruso y en Protocolo Fantasma atacamos el Kremlin y volvemos a la tensión de la Guerra Fría.
  • Anteojos y videos como forma de registro, pruebas y testimonios: al basarse en lo instintivo, muchas veces están sustentando lo que ellos saben. De alguna manera, prueban lo que piensan.
  • El escape en alturas: ya sea desde saltar en paracaidas de un edificio, el bendito helicóptero o estar suspendido gracias a un mega ventilador, estos chicos parecer querer desafiar a la gravedad.

  • Siempre son equipos de cuatro personas, en las primeras tres además de Hunt se mantiene a Luther. 
  • El de técnica es el encargado del comic relief de la trama.
  • En cada una tienen que violar la seguridad de un edificio inviolable.
  • La agencia cuando presenta la misión les da todas las veces la opción de aceptarla o no.


Mejores entregas, en orden


  1. Misión: Imposible
  2. Misión: Imposible 3
  3. Misión: Imposible Protocolo Fantasma
  4. Misión: Imposible 2

La quinta película se estrena en diciembre del 2015. Veremos qué pasará con Hunt.


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