El cine es un espacio de identificación, de educación, de industria y de arte. Y todo eso, está dentro de este blog.

lunes, 27 de julio de 2015

Lunes de Sagas Presenta: Arma Mortal




Arma Mortal es, sin dudas, uno de los films que más veces he visto de chica en la tele. Mi enamoramiento platónico con Mel Gibson debe haber ayudado mucho, pero sea como sea, lo que provoca es una lógica de testosterona y camaradería que tiene un gancho innegable. Ahí donde en otros policiales el foco está en el brillante villano, en esta “buddy cop film” lo que se busca es mostrarte el vínculo entre la pareja de detectives que deben aprender a trabajar juntos para salvar al mundo. 

Uno correcto, perfecto y entrado en años y el otro una bomba de tiempo (que encima fuma y tiene pelo largo, claro, como toda la gente ruda y al mismo tiempo terriblemente carismática de los 80s). Este sub género claramente apunta a algo que se puede ensayar pero no igualar: el carisma. 

Y hablando de la crisis de ideas de Hollywood desde el año pasado se está rumoreando que se viene un reboot y que Chris Hemsworth (Thor) tendría el papel de Gibson. El proyecto estaría dirigido por Justin Lin. Bue, veremos si por una vez uno de estos reboots no me arruinan la infancia. Oremos hacia Mad Max Fury Road para inspirarlos. Pero mientras, revisemos lo que ha sido la saga según la visión de Richard Donner, quien dirigió las cuatro y a Gibson en muchos proyectos más. 

Lethal Weapon (1987)


Siguiendo los parámetros del género, esta historia empieza desde el punto de vista de Roger, quien tiene miedo a envejecer cuando le imponen un nuevo compañero de trabajo que además de ser joven, resulta que el tipo es un poco kamikaze. Todo esto pasa en una gran urbe que en cada paso que dan se encuentran con alguna otra cosa oscura y terrible: hay mafia, hay drogas, hay adictos a la pornografía, hay luces de neón a morir como piden los 80s. Y ni hablar de la moda.

Una de las cosas que mejor funciona en esta película es la construcción de personajes: el que tiene miedo se encuentra con un caso ligado íntimamente a él y a su pasado y el que es un kamikaze lo hace por cuestiones concretas personales lo cual provoca una identificación compleja porque lo vemos a través de la comprensión del más normal de los dos. El guión es un obsequio de un gran fan del género: Shane Black, el mismo de Kiss Kiss Bang Bang que es una parodia adorable. Olvidaremos, en estas loas, a Iron Man 3. Archívese.


Ya desde la secuencia de títulos con Jingle Bells sabemos que están apuntando a una lógica lúdica, si a esto sumamos que lo primero que vemos es a una chiquita semidesnuda, con encaje, claros gestos lujuriosos y con la nariz más llena de polvo blanco que Pulp Fiction, el policial asoma y se queda. Bien clásica: en las primeras dos secuencias tenés resuelta la Intriga de Predestinación donde sabés dónde están los personajes, quiénes son, qué hacen y qué es lo que tienen que hacer. Simple, sencillo, efectivo. 


Algunas joyitas hacia el final: cuando todo se vuelve según los extremos de Riggs, la coloración roja es casi obvia pero funciona como un reloj. Ni hablar de que el tiro definitivo se hace al unísono con lo cual la dupla se forma. Además, como es tan clásica hasta usa atrezzos (objetos que permiten reafirmar el conflicto del personaje y se vuelven un símbolo más) geniales como una bala al final. 



Arma Mortal 2 (1989)



El film comienza con una persecución en plenas calles intentando detener a dos delincuentes que no sabemos qué hicieron. Otra vez el foco no está en el crimen sino en aquel vínculo entre los protagonistas. En el baúl de un BMW en el que huían encontraron oro Krugerrands, que era el que financiaba el Apartheid en Sudáfrica, lo cual refuerza esa lógica de que ellos nunca saben en qué se meten, pero el peligro los persigue. 


De todas maneras, a esta entrega no sólo no se le cae una idea sino que además no tiene nada de nada de gancho nuevo. Tan grande es la exageración que presenta que Riggs lucha con una camisa de fuerza para mostrar que puede escaparse y se encuentra con la psicóloga como testigo. Y Roger sigue acomplejado e intentando hacer que su hija mayor no crezca cuando resulta que protagoniza una publicidad de preservativos. ¿Funciona? Sí, sobre todo porque te armaste de ganas de verla después de la primera, pero hubiera tenido más valor si no hubieran querido cerrar conflictos de la entrega anterior. Los datos que no requerías antes, no los requerís ahora…

Arma Mortal 3 (1992)


De repente, llegamos a la tercera entrega. Ésta es la única de la saga que tiene secuencia de títulos (bastante simplona, digo, no es que suma algo ver casting y responsables técnicos en un fondo en llamas) y la verdad es que se nota la falta de Shane Black en el guión. 

Como es tan obvia en la construcción, Riggs arranca vestido de azul (es su “yo” más centrado) y el rojo lo deja para más adelante, cuando realmente está enojado. Como le mataron la novia en la anterior, acá tienen que crearle otro objeto de deseo y, como él está desquiciado, tiene que ser la única agente que se escapó de las garras de James Bond, prácticamente. 


De todas maneras, desde lo técnico recurre a aspectos un poco menos clásicos que le dan cierto dinamismo visual: cámaras subjetivas, paneos y travellings un poco más nerviosos y un guión cada vez más plagados de gags. Tres menos que Avengers 2, más o menos.

Persecuciones extensas pero bien filmadas terminan de hacer la cuota de encanto. Porque sí: hasta le perdonás que se enganche con una mujer porque tiene tantas cicatrices como él. Después de todo sigue siendo el tipo al que le tenés pena porque parece extremo pero se engancha enseguida, es encantador y por fin dejó de fumar…bue, al menos hasta el final de la película

Lethal Weapon 4 (1998)


Esta peli les diría que es casi una estafa. No hay secuencia de títulos y casi ni argumento. Las constantes se transforman en la estructura de un pseudo guión pero que carece de alma. De repente instalamos la lógica de familia por sobre todo mientras matamos a unos representantes de la mafia china que siempre parecen tener problemas de estreñimiento. 

La jubilación de Roger, que ya pasó por alto en la entrega anterior por una especie de adicción al peligro, y esto queda claro cuando en la segunda secuencia ya se destruye el bote que se supone era su máxima actividad una vez retirado. Riggs también está lo suficientemente viejo como para usar azules y grises y el rojo no aparece en toda la película. La máxima gracia puede ser que siempre él está más enterado de la familia de Roger que él mismo y algún guiño más como que su casa con Lorna en la playa es una combinación de una estructura y su viejo tráiler (nadie se explica cómo puede ser eso considerando que lo dejaron como un colador en la segunda y, de última, es el lugar donde mataron a su ex ¿Novia? Pero bueno, cada uno es tan morboso como quiere). 

La verdad es que la secuencia de créditos con el álbum de recuerdos hace un poco el foco en la nostalgia y mejora levemente el mal sabor de boca. Pero el film es realmente pésimo.

Constantes de la saga


Un poquito cuando se habla de una saga, se habla de una identidad que se mantiene a través de elementos que reaparecen o de situaciones simétricas. Algunas de estas son:

  • Marcaciones de género: hay cosas que pertenecen al policial como ser que el caso siempre parece mucho más sencillo de lo que es y en las primeras hasta los meten engañados, las mujeres sólo sirven para ponerlos en problemas, gran urbe donde los crímenes se hacen de noche y ellos interrogan de día y ellos no son dos detectives limpios, sino que se ensucian las manos para hacer el trabajo. 
  • Riggs y su fanatismo por “Los tres chiflados”: no sólo los ve sino que cuando investiga la compu de Lorna, resulta que ella jugaba a un videojuego del show.
  • Roger siempre tiene un conflicto con su edad y con la llegada a la adolescencia de su hija mayor y Riggs siempre está coqueteando con el suicidio. 
  • El agua siempre los salva de los tiroteos: evidentemente tenerlos secos es mucho pedir.
  • Riggs le salva la vida a Roger primero y hacia el final del film Roger hace lo propio con Riggs. 
  • Conteo y discusión sobre el “1, 2, 3…”: En determinado momento, algo tiene que coordinarse y se discute si se hace en el 3, o después.
  • La solución del caso es una misión extrema ideada por Martin, siempre. 
  • Los malos son el reflejo de la corrupción del Estado: diplomáticos, ex policías, ex militares de elite y la mafia china apoyada por funcionarios del Estado que hacen negocios por visas.

Las entregas de la saga, de mejor a peor:


  1. Arma Mortal 1
  2. Arma Mortal 3
  3. Arma Mortal 2
  4. Rápido y Furioso 68
  5. Los bañeros más locos del mundo 45
  6. American Pie 90
  7. Arma Mortal 4
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