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martes, 4 de septiembre de 2012

Duplas Inolvidables actor-director. Entrega XI: Juan José Campanella y Ricardo Darín


No hay quien no conozca estos nombres en Argentina y, de a poco, en el mundo. Campanella ha logrado tener una carrera de lo más variada (mucho en ficción en TV) y Darín ha pasado de los dramas más elaborados a las comedias más livianas. Tengo que confesar que cuando hace lo segundo, es de los tipos más graciosos para mí. Lástima que las buenas comedias son las más difíciles de encontrar.

La primera vez que esta dupla trabajó junta ya se notaba que no era para pasar desapercibidos. El mismo amor, la misma lluvia mostraba una comedia romántica con muchos toques cercanos y poca grandilocuencia. De a poquito se fueron instalando en nuestro imaginario y hoy son lo más “Hollywood” que tenemos. Mainstream o no, cine de autor o no, nadie puede negarles su peso ni el hecho de ser historias maravillosamente contadas.

El mismo amor, la misma lluvia de 1999


Darín y Villamil serían Jorge y Laura, un aspirante a escritor y una chica que podía hacer todo (“y cuando se ponía algo en la cabeza (chasquido con la lengua y la sonrisa estampada) lo hacía”). La historia los une desde su deseo de ser actriz y la pésima adaptación a un corto de un cuento de él y los va juntando y separando a lo largo de la película. Es que nadie puede ser inmune a un amor que no se resigna a morir.

Darín interpreta a este inseguro y soñador Jorge que por momentos va perdiendo la fe y su esencia, como si todas las cosas que le fueron pasando le dieran inmunidad para perder sus valores y ella aparece como un espejo de esto. A través de él, nos empapa el desencanto cuando vemos desempleo y crisis que tan bien conocemos de esos tiempos. Una historia sencilla, contada desde personajes sencillos (que por momentos se vuelven grandilocuentes, pero es porque se sienten perdidos en su propio drama) pero que funciona muy bien.

El hijo de la novia del 2001


De ésta peli sí que se acuerdan todos. Es que además de la nominación al Óscar no hay quien sea inmune a esta historia universal de una enfermedad con la que se tiene que convivir y por más que el enfermo es uno, hay toda una estructura de vida y afectos que se ve, valga la redundancia, afectada.

Me gusta cómo se impregna el relato con nostalgia, como Rafael (Darín) se ve tironeado por el pasado, por el deseo de mandarse a mudar (como hicieron muchos en esa época), por los mismos sueños sobre sí mismo que cree que el entorno es el que se mete en el medio. También está el resignarse a uno por amor al otro, por ceder no siempre entendiendo lo que le resulta importante, sino por saber que al otro lo hace feliz. Film muy tierno y que todos recordamos con mucho cariño.

Luna de Avellaneda 2004


Si bien creo que es una historia que mi generación no puede llegar a apreciar del otro porque corresponde a anteriores, la vida de un club barrial y de su entorno social y de cómo la vida va desarrollándose ahí.

Otra vez con ese eterno color a nostalgia, Román es un tipo que lucha porque el club siga abierto, por los casi 400 chicos que van todos los días a darle vida, por la vida que él vivió ahí que muchas veces lo hace verlo mucho más esplendoroso de lo que en realidad es.

Las situaciones que se van dando creo que nos pinta como pocos films: con un poco de lo barrial, de lo complicado de las relaciones, de lo románticos que somos, de nuestra relación con la amistad. No por nada nos hace reír y llorar al mismo tiempo.

El secreto de sus ojos 2009


Probablemente la más reconocida de la dupla sin que sea necesariamente la mejor. La película tiene un despliegue de recursos y una narración por momentos consistente y por momentos que se la dejás pasar porque todo lo demás funciona genial. La dinámica de Darín, Villamil y Francella se hace tan buena que perdonás que el primer sospechoso sea el asesino o que en una cancha supuestamente atestada de gente, encuentren en medio de la tribuna al tipo.

Benjamín es el personaje que esta vez interpreta el actor en cuestión. Esta vez es un abogado que quiere escribir una suerte de memorias pero contando la historia de ese crimen que el mismo sistema corrupto no quiso resolver y que, de alguna manera, le da pie para hablar de su propia historia de amor fallida. Cuenta una historia dentro de otra y el hombre se pierde entre recuerdos y culpas. Creo que el guión ayuda mucho porque por más que lo vimos en otras situaciones haciendo el mismo papel, es el que le da estas palabras para terminar de darle forma.

De todas maneras, papeles como el de Benjamín le han permitido a Darín demostrar su capacidad tanto para hacerse el galán como para ser el más vulnerable, para sentir que sonríe con las sonrisas más tristes y rechaza ayuda sin despejar la idea de que la necesita, siempre víctima de las situaciones y pocas el victimario. 

La película pasó a la historia, ganó un Óscar en la categoría de Mejor Película Extranjera y mostró que tanto talento, por más que triunfe afuera, siempre vuelve a filmar en suelo nacional.

¿Cuál es tu favorita de esta dupla?

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