En esta nueva entrega de los manuales de cine, hay 10 características
con las que se tienen que cumplir para convertirse en las protagonistas
femeninas de una de estas historias. Todo ha sido supervisado por dos grandes
conocedoras de la materia: Emma (sobrina de 5) y Olivia (sobrina de 3).
Perder al menos un padre
A Disney le fascina el tema de que nuestras protagonistas no
la tengan fácil, por ende, los padres están presentes como esa fuente de amor
pero la vida se las quita como para que eso no las achanche y las niñas se
enfrenten a la vida. Si no sos huerfanita, estás afuera.
Tener facilidad para hacer amigos pero terminar hablando con
los animales
Las chicas son sociables pero resulta que están un poco aisladas,
entonces sus mejores amigos suelen ser roedores cantantes o mamíferos
apretujables. Si no estás para ser princesa, podés estar a un paso de filmar
Gorilas en la Niebla.
Ser soprano
La vida es mejor si una sabe cantar. Sumen que si encima no
tiene muchas aptitudes sociales, aunque sea canta para que los animales se le
acerquen y, cuando no puede resolver una situación, también. Cuando se levanta,
también. Bueno, la verdad es que la única novedad de La Sirenita fue que la
princesa fue muda por un rato. El registro que buscamos es soprano: cuanto más
agudo y más dulce, mejor. Otros registros se han aceptado con reservas.
Estar en edad para casarse
La magia de estas princesas es siempre encontrar el amor
verdadero en tres días, al final de los cuales se casan al atardecer. La vida
es así. Si no tenés al menos 18, estás más fuera que una contralto.
Tener un buen sentido de la moda
Esto es fundamental. En algunos casos las princesas han
estado lejos de sus placares y debían mantener su imagen a como diera lugar y
es por eso que es muy importante tener conocimientos básicos en corte y
confección, o un hada madrina o roedores cantantes que elijan hacerlo por una.
Si no sos amiga de las ratas, más te vale que inicies un curso.
Ingenuidad sin límites
La vida sin Facebook ha hecho que estas chicas no conozcan
sobre el aborto, la trata de blancas ni la violencia de género, entonces las
chicas van directo a la boca del lobo con una sonrisa y una canción como si
nada pasara. Si cerrás el auto cuando te bajás, ya no podés ser del clan.
Un reino
Bueno, no hay princesa sin reino. Claro que puede no
pertenecerle, pero es el espacio por el que tiene el título. Este, claramente
tiene un castillo, pero para que sea tal debe tener un puente levadizo o una
fortificación delante, estar sobre un lago y cerca de las montañas. Cualquier otra
cosa es puro cuento. Si no llaman a un agente de bienes raíces, no sé si podés
encontrar la propiedad indicada.
Competencia por el reino
Su llegada, por más que nos plaga de amor y luz, no es
gratamente recibida por otros que compiten codo a codo por la posibilidad de
manejar el reino. Sin un malvado no se nota lo buena que es ella.
Testarudez
La chica no puede evitar hacer lo que le dicen que no. Es
como una gran publicidad de “no elijas la caja”. A ver: “un humano no puede
enamorarse de una sirena”, “no vayas al ala oeste”, “Tenés que elegir
pretendiente antes de tu próximo cumpleaños”, “vamos al cementerio de elefantes”, "No toques el huso de la rueca", etc. Nunca pueden seguir las reglas y por eso, siempre estamos a un tris de
quemar el rancho.
Alguien dispuesto a salvarle las papas
La chica está en apuros. A veces constantemente. Por eso
necesita amigos, animales, el hada madrina y el príncipe encantador dispuesto a
salvarla de apuros.
Lamentablemente si no cumplís con todos estos requisitos, no
queda otra que abandonar el plan de convertirse en princesa. Odio ser portadora
de esta mala noticia.
¿Qué otros pasos agregarían?
jeje, muy cierto, motivos imprescindibles! ;) Aunque el más importante es: ser la más hermosa del reino!
ResponderEliminarEs verdad!!! Un dato que es imperdonable que lo haya olvidado!!!
EliminarGracias por la sugerencia!