El cine es un espacio de identificación, de educación, de industria y de arte. Y todo eso, está dentro de este blog.

domingo, 13 de marzo de 2011

El apartamento, de Billy Wilder


Este film lo pueden encontrar con el nombre de “Piso de Soltero” también, en caso de que llegue a persuadirlos de que vale cada segundo de cinta y del tiempo del espectador. También de Billy Wilder y con Jack Lemmon, que es de mis actores favoritos de todos los tiempos, logran entre ambos crear una historia y una comedia romántica con corazón y un verdadero cambio en el personaje sin caer en cursilerías o en la necesidad de subrayar temas.

Como casi todo lo del cine clásico, está planteado dentro de un género que nos permite cierta métrica en cuanto al tiempo que lleva conocer al personaje, a la chica, al distanciamiento entre ellos, etc, pero el resultado no carece de alma y es eso lo que termina de conquistar al espectador. El papel principal es un genial Jack Lemmon que presta su departamento a los superiores en su oficia (típica llena de cubículos) para que se encuentren con sus amantes, mientras él es el tipo más insignificante del mundo y está platónicamente enamorado de la asensorista del edificio. La trama avanza hasta que sus destinos se cruzan de la manera que todos esperamos, mientras ella se siente despreciada por ser “la segunda” y quiere suicidarse en el que resultaba ser el departamento de él y “el responsable” piensa que ella está loca por pensar que uno deja a su familia por una noviecita.


Lo que siempre me gusta de Wilder es que nos presenta personajes ambiguos en un cine tan moralista como el americano, porque nuestro querido CC presta su departamento para tener un ascenso social y porque las mujeres serán ingenuas en cuanto a que se dejan enamorar por tipos que no lo valen, pero eso no las hace menos merecedoras de afecto.

Llena de ironías y de tragos amargos, nos deja con una sonrisa al pensar que mal que mal, uno se va haciendo su lugar en el mundo y si bien a las santas a lo mejor les resulta más fácil encontrar la pradera, todas la encontramos al fin. Pura magia en blanco y negro.

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