El cine es un espacio de identificación, de educación, de industria y de arte. Y todo eso, está dentro de este blog.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Diamante de Sangre, de Edward Zwick


Esta película está bien sostenida desde lo actoral, principalmente. Si bien el guión no tiene grandes agujeros, lo que marca a esta historia como diferente es cómo desde lo psicológico es creíble y cómo el conflicto deja de ser simplemente una mafia para ser devorarse entre iguales. No puede haber algo más humano que eso.

Esta es la historia de cómo los diamantes terminan creando un mercado que permite a los occidentales comprar la piedra para almacenarlas (si todos tienen diamantes, no valen tanto) y así financian la guerra civil, en donde los líderes secuestran chicos para los ejércitos y terminan sembrando el terror. Pero mientras el mundo siga teniendo sus diamantes, a nadie le importa. 

Leonardo Di Caprio es, para mí, un muy buen actor. El problema que presentaba era que tanto su cara como su cuerpo de nene no siempre parecían acorde a los papeles para los que era contratado y ahora que está más maduro ya puede acompañar a sus dotes actorales. Honsu, por otro lado, no me resulta ni versátil ni particularmente bueno pero en su limitado arte brinda a un padre creíble y su voz ronca queda haciendo eco en la memoria en la escena de la cárcel cuando niega tener el diamante.



Jennifer Connelly cierra perfectamente el triángulo con su estilo de mujer hermosa llena de neuronas y es intensa, en pantalla y en líneas. Termina siendo el espejo de los personajes, ya que como periodista intenta hacer una denuncia, pero con su costado moralista de alguien que no conoce la cultura y quiere imponerse. Al ser una película americana, claro que salva el día, pero es un caso por sobre miles que han sufrido esto y mucho más. De nuevo: es el planteo de un tema, no un documento histórico y, como tal, tiene agujeros que lo diferencian de la realidad.



La temática es renovadora y soy de las que cree que está bueno que lleguen al cine. Pero está tratada “a lo Hollywood”, como si los malos sólo fueran los otros y suena tibia por más dura que sea. Lo único real es el sabor amargo del final, porque desgraciadamente los han dejado solos. No hay organización, ONG, ni ONU que realmente se preocupe por la realidad de un continente que no está en posición de hacer frente a nadie y que han vaciado de recursos.



El film tiene momentos interesantes en lo visual como la mencionada escena de la cárcel, el bombardeo del campo de diamantes, la premonición del coronel sobre el fin del personaje de Archer y el tema central de utilizar el tráfico de diamantes para financiar las guerrillas.

Me gusta la elección de que los chicos no sean tratados como tales, sino que una vez que se convierten en guerrilleros la infancia se les es amputada. Me gusta porque creo que no busca un golpe bajo de extra sensibilizar al espectador si no retratar.

En fin, me parece que es una mirada válida por más simplista que sea (¿Qué película no lo es, después de todo?) y que puede definir su tono dramático y de suspenso sin irse a las vueltas de tuerca clásicas.

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