El cine es un espacio de identificación, de educación, de industria y de arte. Y todo eso, está dentro de este blog.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

El hijo de la novia, de Juan José Campanella


Lo que me gusta de esta película es que no es una historia con grandes pretensiones. No intenta contarte cómo un prócer logró una hazaña o cómo un héroe salvó a la gente de una catástrofe. Es la historia de una familia y de cómo un hijo se convierte en el héroe para sus padres en el momento en el que deja de juzgarlos y sólo empieza a aceptarlos.

Es que las tragedias no siempre son gigantes: que haya una guerra crea miles de tragedias, pero que una madre tenga una enfermedad que eclipse un poco su luz en un hogar también lo es. Es cierto que hay menos damnificados, pero es igual de dramático. El alzhéimer  del personaje de Norma Aleandro no la afectó sólo a ella, opacó a toda una familia que giraba alrededor de ella. De repente, para su compañero de toda la vida, aquello que no le cumplió era una cuenta pendiente.

El hijo de ambos, interpretado por Darín, necesita encontrar un espacio en su propia vida, sintiendo que todo para lo que ha trabajado toda su vida no lo lleva a nada (en una época en la que todos los argentinos estábamos iguales). Los personajes así se transforman en seres cotidianos y el cuento que te cuentan lo entendés porque lo viste y lo seguís viendo todos los días.


El hijo de la novia es un poco la boda de todos nosotros, que estamos llenos de risas, de lágrimas, de nostalgias y de cuerpos que aguantan menos que nuestro espíritu.

Cinematográficamente, funciona. Cuenta con un reparto impresionante y un guión bien estructurado, se hace un poco densa a la mitad pero tiene que ver con que la caída del personaje es en picada, y todos lo ven antes que él. Campanella, ante todo, cuenta historias sobre personajes y, como tal, los describe sin tapujos.


La película tuvo vuelo internacional pero, ante todo, tuvo vuelo local. Eso es algo que resulta interesante porque empieza a cortar esa fantasía de que todos lo nacional vale menos. El cine de Campanella tiene rasgos de género y rasgos de cine de autor y su nombre, a partir de entonces, es símbolo de un cuento que todos queremos que se nos cuente.

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