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miércoles, 8 de diciembre de 2010

Matrix, de los hermanos Wachowski


Antes que nada, me gustaría comentar que sólo tomaré la película inicial de esta trilogía porque me parece que como relato y como revolución en cuanto a lo visual es la más valiosa. Con esto no pretendo minimizar a las otras dos entregas, pero soy de la creencia de que para que uno vea todos los capítulos de una misma historia, al menos la primera tiene que ser espectacular. Tomen la pastilla azul o la roja, pero acá vamos.

Este GRAN relato de ciencia ficción revolucionó más allá de su historia con múltiples bases filosóficas, ya que visualmente creó una forma diferente de filmar escenas de acción (la idea de “congelar” el movimiento y hacer un travelling alrededor del personaje; el movimiento de las cosas que no son reales dentro de la Matrix, etc), típico más bien de los videojuegos y con la forma que siempre pide en lo visual la combinación de recursos del cine posmoderno.

Por un lado, parte de la poco original idea de que el personaje principal no se siente a gusto con su existencia y es uno más del montón hasta que un día descubre que está hecho “para salvar al mundo”. Es un planteo que nunca falla pero que gracias a él, uno termina descubriendo a la par del héroe (improbable, claro), todo lo fantástico de la realidad paralela. Este planteo es efectivo desde Batman hasta Cómo entrenar a tu Dragón, sin olvidarnos de Harry Potter. A esto hay que sumarle que no hay grandes actuaciones, pero con tal vértigo visual y un guión tan rico, eso se le perdona.


Por otro, el costado revolucionario que todos tenemos dentro se revela y apoya a Neo en su búsqueda por romper el orden establecido y por liberarnos a todos de la esclavitud de la “Matrix”. Un planteo similar a 1984, que se complementa con rasgos heroicos y radicales que el personaje de la novela no tenía. Neo tiene miedo de no ser el que pueda realizar el cambio, pero cree en la necesidad de él. No tenemos que dejar de lado la búsqueda por el saber, que una vez que la curiosidad se siembra, ya no podemos volver atrás. La situación inicial, es una utopía inalcanzable.

En estética, por un lado trata al mundo generado por computadoras, como el que estamos habituados a ver, el contraste de lo real es un espacio gris y sucio, que recuerda a Los Ángeles llenos de Kippel de Blade Runner. Las naves llenas de cables colgando, cortocircuitos y chispas llenan la “cruel realidad”. 


Esta película es realmente buena. Es de esas que sentís te dejan pensando y rememorando imágenes, frases y situaciones. La piel de gallina que corre por el cuerpo la primera vez que ves a Neo deteniendo las balas de los agentes y esos caracteres verdes corren hacia abajo formando el software más impresionante y tan complejo como la realidad misma forma su silueta, es inolvidable. Puede gustarte la ciencia ficción o no, la filosofía o no, pero no podés abandonar este mundo sin haberla visto al menos una vez.0

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