Aquí, como si
se tratase de “Luna Federal” (novela de Susana Bilbao altamente recomendable)
en este pueblo de mujeres solas, que parece olvidado en la península ibérica,
las relaciones funcionan como si fuera un grupo de apoyo. Otra vez las flores
de acero que siempre le gusta plantear al amigo Pedro. Pero hay un elemento que
en este film funciona mejor que en los otros que vi de él y el la figura de la
madre. La calidez que logra el personaje de Penélope Cruz en su relación con su
hija y el perdón hacia el “espíritu” de su madre es lo que le da sentido al
relato y el espectador hasta la exime de tener un cuerpo en el freezer de su
bar – restaurant.
El título no
se trata del retorno al pueblo solamente, o de ese tango echo flamenco cuya
mímica de Cruz hace tener ganar de ver la película entera de nuevo, es una
vuelta a su esencia y una vuelta a la vida. Un film muy sensible y
extremadamente femenino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario