El cine es un espacio de identificación, de educación, de industria y de arte. Y todo eso, está dentro de este blog.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

El gran pez, de Tim Burton



Esta película que retoma la problemática de la relación padre/hijo cuando uno se está por convertir en padre y el otro está llegando al final de su vida no tiene mucho de típico. Por un lado es una fábula y, como tal, tiene hipérboles de colores y hechos y por otro es un drama sensible con muchos elementos cotidianos que la hacen memorable.


El uso de la ironía, de los planos generales en estos espacios idílicos que tienen tanta fantasía como el mundo de la Alicia de Carroll plantean una estética única y lúdica, mientras alargan el final inevitable, con una moraleja que tiene un sentido hasta metafórico.

Se rumorea que el primer director al que le entregaron el proyecto fue a Spielberg, pero por una cuestión de agendas, terminó en manos de Burton. Realmente, uno no puede estar más agradecido ya que no me cabe duda de que en otras manos, este largometraje no sería el mismo. La posibilidad que tuvo el director de explorar en un solo film tantos estilos, tanto estéticos como narrativos, en cada una de las historias que contaba el personaje Edward Bloom la convierten en un tierno cambalache, llena de momentos aderezados pero que componen los altibajos de existencia de un hombre.


La secuencia de títulos, a través de diferentes situaciones que va planteando como un suceso de flashbacks, nos da el conflicto principal, el relego del hijo a las sombras de un padre extremadamente carismático y ya para cuando las letras dejaron de presentarte un elenco lleno de talentos, llegamos a un Will y un Edward con un océano en el medio y sin contacto por tres largos años.

En su búsqueda por perdonar todo lo que no podía tolerar que su padre fuera, como un reflejo absoluto de sus propias inseguridades, Will transita un conocimiento que sólo conlleva aceptación. Un Billy Crudup dulce y humano que cierra el círculo de sensatez entre tanta luz y tantos fuegos artificiales. Esta peli te deja con un sabor agridulce, como las viejas películas nostálgicas italianas. Un viaje directo al corazón.

Y como toda fábula, deja una moraleja: la vida tiene el tamaño que uno se anima a darle. Sólo tiene míticas proporciones la historia que él cuenta y, de tanto repetir, la gente recuerda eso por sobre el hecho real y convierte a Bloom en inmortal. 

2 comentarios:

  1. Sublime esta pelicula!! Es HERMOSAA!

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  2. Una de mis favoritas, sin lugar a dudas! Por favor, si te gustó ésta mirá "El laberinto del fauno" que también está en Mi top 100. Te prometo que no te vas a arrepentir. Una estética impecable!
    Saludos

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